Panorama de la política mundial

PANORAMA DE LA POLÍTICA MUNDIAL reconfigurar totalmente a la sociedad a partir de sí misma, estamos en presencia de una ideología totalitaria, que se manifiesta en un partidO político totalz~tario, coma portador potencial o factual del poder poH– tico. Evidentemente que si esta posición tiene éxito, el tipo de socie– dad anteriormente descrito enfrenta una de sus más graves crisis. La crisis sólo puede 'ser supemd'a: si esta fe se deja integrar por la dinámica de la sociedad abierta. Es esta posible integración el tema de mayor debate en torno a cualquier intento de dilucidar la in– fluencia del totalitarismo en el desarrollo de las relaciones exterio– res europeas, esto es, del marxismo, como la más poderosa y consiiS– lente ideología totalitaria del mundo moderno. Pero antes debemos aclarar un punto. La sociedad ¡;;uropea no consiste en una unid:ad política, pero tampoco en estados atomizados, herméticamente sellados al mundo exterior. La articulación política' inherente al mundo europeo y moder.no es el estado nacional. 'Europa (en este caso la asimilaremos a Occidente) nunca se ha articulado consistentemente en un imperio o en ciudades-estado, o en comuni– dades agrarias o nómades, por más que el proceso de desarrollo haya cruzwd'O por aquellas etapas. Ya sea el estado nacional dinástico, el estado nacional de la era del ch<l!Thvinismo y nacionalismo extremo (una de cuyas manifesta– ciones es el fascismo), o el contemporáneo estado nacional como marco de referencia, nunca esta formación tan típica de Occidente ha dejado de manifestar tendenci'as universales y de ser moldeado, a su vez, por esas tendencias universales. Cada estado nacional se ha formado y desarrollado gracias a un rico y variado juego de interac– ciones mutuas. Desconocer esto sólo puede llevar a experiencias tristes como la estéril y abstracta búsqueda por "10 alemán" en< el Tercer Reich, que terminó destruyendo en potencia, toda la tradi– ción concreta alemana; o al oscurantismo increíble del stalinismo tardío, en la última postguerra, cuando se entabló una guerra mor– tífera co.ntra el "cosmopolitismo". Y es que el estado nacional sólo constiuuye una de las realidades entre las cuales se mueve la; mo– derna sociedad humana como,en menor medida, la realidad de clase tampoc,? es determinante por sí misma, 'Pero una explosiva; síntesis se 'produce en el momento en que uno de estos estados nacionales es l'econfigurado y animado a partir de una ideología de carácter totalitario y que, en cuanto tal ideología, representa una posibilidad fundamental de autointerpretación de todas las sociedades, De ahí que la nueva sociedad, por su sola existencia, representa un reto a muerte a las otras sociedades o es- I20

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