Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4
EL MOMENTO ACTUAL DE LA COOPERACiÓN E -INTEGRACiÓN••• I R. Barros Charlin raciones irregulares de cambio o comercio exterior. Por motivos im– positivos, contables, y un "sentimiento de culpa" que no distingue siempre entre las inversiones directas y las fugas de capitales, mu– chas empresas han preferido mantener en el misterio sus radicacio– nes en otros países. Con respecto a los países receptores, la subestimación de las in– versiones de origen latinoamericano (reflejada comúnmente en su englobamiento estadístico en la columna de "otros países") se expli– caría en parte por el reducido volumen promedio de las mismas 26 o su frecuente concreción a través de aportes no monetarios -que pue– den determinar el desinterés de las autoridades o de los propios in– versores en registrarlas-; de la antelación de algunas inversiones con relación a la existencia de los actuales mecanismos de registr0 27 ; de las exigencias y restricciones legales sobre las inversiones extranjeras, aplicables sin distinción de origen; de la realización de ciertas in– versiones desde terceros países en los que los fondos se encuentran colocados por razones de seguridad, etcétera. Que la magnitud de las inversiones de origen latinoamericano es mucho mayor que 10 que las estadísticas de registro reflejan, surge, por ejemplo, del dato sobre el monto del capital de origen argenti– no en empresas brasileñas. Según una estimación directa, basada en los balances de las empresas, dicho capital superaba holgadamente, en 1974, los 400 millones de dólares, contrastando con los datos del registro de inversiones extranjeras en ese país (us$ 12 millones) 28. 2fl Por ejemplo, el volumen promedio de 37 inversiones registradas en el ex– terior de Colombia (1974) fue de 271.273 us.$; el de 233 inversiones latinoame– ricanas en Ecuador (1974), de l11.423us$; el de las inversiones argentinas en el exterior (1965jI976) , de 410.000 us.$. Z1 No tratándose de empl'esas de tipo internacional, los inversores latinoame– ricanos preexistentes a esas normas estarían menos motivados a explícitar luego su condición de extranjeros para ejercer facultades legales de repatriación, re– mesas de utilidades, etc., que establecen dichas legislaciones. l!SEI cálculo está basado en los datos de la Revista VisaQ, 31 de agosto de 1975, para las 200 mayores empresas de Brasil. Una parte sustancial de este vo– lumen de inversiones proviene de antiguas radicaciones, incrementadas por la re– inversión de utilidades y la valuación de activos. Puede admitirse que este ejem– plo sea un caso excepcional, ya que incluye a una empresa ide características indudablemente únicas en la región. Por otra parte, los registros de inversiones extranjeras no toman en cuenta el mayor valor de los activos. p'ero las diferen– cias son tan amplias que relativizan considerablemente las cifras procedentes de los registros. 96
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=