Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4
Los ACUERDOS DE COMPLEMENTACIÓN EN LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE••• ciar con los demás países de ALALC, en cualquiera de sus mecanismos vigentes, y más extraño aún, es que el Comité Ejecutivo Permanente de ALALC haya aceptado este temperamento de un Grupo Subregio– nal, que, directa o indirectamente, depende del Tratado de Mon– tevideo. Esta situación hace que gran parte de los productos, incluso los más interesantes de negociar, por estar considerados en posibles pro– gramas sectoriales de desarrollo industrial, estén vedados a la nego– ciación con otros países de ALALC, mientras no se haya elaborado los citados programas. En este Acuerdo de Cartagena se ha programado la posible ne– gociación en block de los países del Pacto Andino con los países de ALALC, para lo cual ya se han efectuado varias reuniones, de lo que se ha venido en llamar la "Posición conjunta", pero la que lamenta– blemente, no ha podido llegar a ninguna decisión definitiva, debido incluso, al hecho de no haberse podido poner de acuerdo los propios paises del Pacto Andino en sus posiciones, considerando también las diferencias notables de sus economías. Como una demostración al interés negociador de los sectores in– dustriales, quiero acompañar algunas cifras que reflejan lo aconte– cido durante un lapso de ocho años. En dicho período, mientras en listas nacionales, fueron propues– tos para negociación 2.711 productos, los industriales en Acuerdos de Complementaoión, propusieron 8.140 productos. Puede verse clara– mente, que el gran poder negociador está entre los empresarios y dentro de sus sectores, o sea, dentro del mejor y más ágil de los me– canismos "los Acuerdos de Complementación". Por otra parte, y siempre en cifras, consideradas durante el mis– mo lapso, los industriales de Chile solicitaron la negociación de 452 productos en Acuerdo de Complementación, pero lamentablemente el sector oficial, por motivos que desconozco, sólo aceptó incluir en las negociaciones oficiales 67 de ellos. Estos esfuerzos que han hecho los empresarios para llegar a nego– ciaciones de sus productos en los diferentes sectores y el poco resul– tado obtenido, ha provocado un descorazonamiento, que se ha tra– ducido en una apreciable falta de interés que, poco a poco, se ha ido apoderando de ellos y que se demuestra en la poca concurrencia que año a año van teniendo las reuniones sectoriales, ya que consideran que sus esfuerzos, tanto intelectuales como económicos, no justifican llegar a cualquier negociación, que puede ser fácilmente rechazada 43
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