Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4

EL PROGRAMA m: LIBERACIÓN DE L\ ALALC y LAS NEGOCIACIONES COLECTIVAS Contratantes debían proceder a examinar los resultados obtenidos e iniciarían negociaciones colectivas necesarias para la mejor consecu– ción de los objetivos del Tratado y, si fuera oportuno, adaptarla a una nueva etapa de integración. En esa instancia, las Partes Contra– tantes debían definir las funciones, objetivos, instrumentos y como promisos que habrían de adoptar. Las Negociaciones Colectivas, tal como fueron concebidas y pro~ gramadas por las Partes Contratantes, estaban orientadas fundamen– talmente a cumplir tres funciones principales: 1 Q La solución de conflictos concretos exist,entes en ese momento en la Asociación; 2Q La configuración de un programa para el período 1975-1980 en el ámbito de la liberación comercial, y 3Q El diseño de una nueva etapa del proceso de integración cuya culminación podría implementarse en etapas sucesivas, siempre y cuando las mismas fueran objeto de negociación; antes de la finalización del período de transición. Como se desprende de lo anterior, es en esta instancia de las Ne– gociaciones Colectivas en que habría de analizarse en profundidad el programa de liberación de la Asociación, piedra angular de este instrumento multilateral de comercio definido por el Tratado de Montevideo. . El análisis de resultados a que se obligan los Gobiernos en el curso de las Negociaciones Colectivas, deja en claro una serie de elementos que incidieron en la marcha de la Asociación y que en buena medida pesaron en la imposibilidad de alcanzar un grado cierto de compromisos al término de las negociaciones a que hemos hecho referencia. En primer término, digamos que no debe perderse de vista que en los años extremos del proceso, que va desde 1960, en que se cons– tituyó la Asociación, hasta 1974, año en que se da inicio a este foro multilateral, se produjeron una serie de cambios profundos en los distintos países, cambios que dentro del contexto de una relación bastante profunda entre ellos, como consecuencia de una gran in– terpenetración de mercados, trajo aparejados inconvenientes de na– turaleza tal que hicieron variar en distintas formas la óptica con que ellos se proyectaron dentro del esquema zonal. En la región se pro– fundizan las diferentes estructuras entre los socios en el proceso; se segmentariza el proceso regional, como forma de alterar estas dife- 31

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