Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4

PARTICIPACIÓN PROFES!O;XAL EN LOS ESQUEMAS DE INTEGRACIÓN Y COOPERACiÓN También en estos últimos años ha empezado a notarse la expan– sión de las actividades de importantes firmas de ingeniería de los países mayores de la región hacia aquéllos de menor desarrollo re" lativo. Este hecho también puede considerarse como muy positivo para la integración en la medida que estas firmas actúen con una inspiración legítimamente profesional de complementación y subsi– diaridad con las firmas y los recursos técnicos locales integradas, formadas y promovidas por profesionales de distintos países de la región. Todo esto configura un cuadro espontáneo de vitalidad integra– cionista que es importante destacar. ¡Esta expresión de vitalidad integracionista es simultánea con la creciente preocupación de los Colegios y Consejos Profesionales La– tinoamericanos que a partir de la 1 Reunión en Lima en 1969 y so– bre todo a partir de la II Reunión de Santiago en .1971, van estu– diando poco a poco las formas más adecuadas de participación en el proceso integracionista hasta crear en Mar del Plata en 1974, el instrumento de su integración, OLOPIA y constituida oficialmente, en Caracas, agosto de 1976. Es muy cierto que aun cuando los planteamientos hechos por los Colegios y Consejos Profesionales en las sucesivas Reuniones Latino– americanas se han ido haciendo más concretos y específicos, los re– sultados prácticos han sido muy escasos o nulos. Los pocos éxitos han sido logrados más a través del contacto personal de los presi· dentes nacionales de los Colegios que por una acción institucional concertada. No hay ningún objetivo ni aspiración importante aprobados en las Reuniones Latinoamericanas anteriores, así como en las colatera– les Mesas Redondas de Ingeniería Andina que pueda decirse que se haya logrado en plenitud. Dentro de este criterio pensamos que si bien existe en estos Co– legios una auténtica preocupación por procurar una mayor partici– pación de los profesionales en el proceso de integración regional ésta no tiene una prioridad importante dentro de los quehaceres ordinarios y por lo tanto los esfuerzos para poner en práctica los acuerdos de las Reuniones son insuficientes. Al igual, en el plano de los gobiernos nacionales existe una pre– ocupación por el desarrollo tecnológico y por la transferencia de conocimientos entre nuestros países, pero también esta preocupación es mayor plazo y no tiene, aparentemente, las dramáticas urgencias 135

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