Nuevas perspectivas de la integración latinoamericana: volumen 4

PARTICIPACIÓN PROFESIONAL EN LOS ESQUEMAS DE INTEGRACIÓN Y COOPERACIÓN cación integracionista influya en el país con eficiencia, en el con· texto de las nuevas condiciones que se creen. En igual medida que a los profesionales, este compromiso alcanza a los empresarios que comparten los ideales integracionistas. La integración es una necesidad imperiosa para el desarrollo de nuestros países. En el ámbito latinoamericano o en los de agrupacio– nes subregionales, los gobiernos han realizado esfuerzos para avanzar en el camino de la integración, porque comprenden su importancia y son conscientes que la integración es imperiosa para que América Latina tenga el peso suficiente que le pérmita imponer un sistema económico internacional más justo, en que se supere la situación ac– tual de ser la mayor parte de sus países en gran medida sólo pro– ductores de materias primas. Las grandes tareas que por años se han planteado los países lati– noamericanos son las de elevar la tasa de crecimiento de sus produc– tos, de redistribuir el ingreso en favor de los grupos económicamente más débiles, de tener un pleno empleo de la fuerza de trabajo, y de alcanzar niveles de educación, salud y vivienda que satisfagan las necesidades de las poblaciones. Estas tareas se hacen cada día más urgentes por la presión creciente de los pueblos del continente en demanda de una elevación de su nivel de vida y de las condiciones socioeconómicas imperantes. Y no hay duda que dichas tareas tie· nen una dimensión de éxito en un proceso de integración, ya que a través de él se logran los objetivos de: empleo óptimo de los {acto· res de producción, en virtud de la especialización y de las economías de escala; ampliación de los mercados consumidores que permiten la producción en masa; articulación de las economías de los países en sistemas productivos regionales más coherentes y eficaces; impulso del desarrollo científico-tecnológico, al permitir la máxima movili– zación de los cuadros técnicos y la especialización de las tareas y dis– ciplinas en el ámbito regional; y fortalecimiento de la capacidad de negociación de América Latina, en todos los planos del ámbito inter– nacional, como consecuencia de su transformación en un sistema re· gional dotado de unidad de acción. Cada una de estas condiciones establecidas dentro de un proceso integracionista, son pilares para alcanzar el objetivo de desarrollo buscado. Objetivo urgente y más difícil cuando constatamos cómo en el mundo se agudizan los problemas creados por el subdesarrollo y la dependenéia, en que la tecnología .aumenta las diferencias en el ritmo de crecimiento de las diferentes sociedades, y los graves pro- 117

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