Estudios sobre la reestructuración de ALALC
Alberto Rioseco V. / REFORMA INSTITUCIONAL DE ALALC nos servirá para ser parcos al pro¡xmer los órganos y sus atribuciones, en la nueva etapa que debe emprender la ALALC a contar de 1981. II. BASES DE LA NUEVA ETAPA DE ALALC y CO:llSIDERACIO:'\ES GE:IIERALES SOBRE SISTEMA INSTITUCIO:'\AL y JUlÚDlCO APROPIADO Aún no se puede saber con certeza cuáles serán los princlplOs y normas que regirán en la.nueva etapa de ALALC que debe iniciarse el 1° de enero de 1981, al terminar la vigencia del Protocolo de Caracas y entrar en vigor el Protocolo que deberá suscribirse en su reemplazo. Sin embargo, todos los antecedentes que existen hasta el momento, incluidos los acumulados durante el proceso de negociaciones colec– tivas de 1974 Y 1975, permiten afirmar que ya no se estima posible el per– feccionamiento a corto plazo de una zona de libre comercio, y por su– puesto debe dejarse para mucho más adelante la idea de una unión aduanera y un mercado común, pero no olvidando que estas metas -de largo plazo- no han sido abandonadas. La experiencia de los últimos veinte años revela que no es posible, ni tal vez deseable, por el momento, lograr ese primer grado de integración, debido principal– mente a las enormes diferencias que presentan los 11 países en cuanto a desarrollo económico y social, nivel de productividad, capacidad in– dustrial, concepciones de política económica, etc. Lo anterior no quiere decir que los países crean que llegado el mo– mento de disolver sus vínculos asociativos y continuar cada uno por su cuenta, insertándose directamente en la economía mundial. En los años que han transcurrido desde 1960, en que se firma el Tra– tado de Montevideo, Latinoamérica aparece como una región en que se desarrollan una serie de acciones de cooperación y de integración que eran prácticamente desconocidas antes de esa fecha. Esta tendencia apa– rece, en nuestro concepto, como irreversible; ho parece posible ya deshacer este camino que, aunque lleno de tropiezos, ha demostrado ser el único capaz de asegurar un destino promisorio para nuestras naciones. . Desde luego, la ALALC si no ha cumplido su finalidad inmediata de per– feccionar una zona de libre comercio ha logrado importantes realiza– ciones, como haber servido de instrumento para sustituir el bilatera– lismo que predominaba en el comercio entre nuestros países por un sistema multilateral más racional; haber permitido establecer contac– tos, que antes prácticamente no existían, entre unidades económicas y sociales de los países de América Latina; haber hecho posible un au– mento importante del comercio interlatinoamericano y, sobre todo del intercambio de productos manufacturados; haber permitido avan– ces en diversos campos como la creación de un sistema de pagos y cré– ditos recíprocos, de nomenclatura aduanera común, etc.; y de haber dado nacimiento a una integración subregional avanzada, como es el Pacto Andino. . 75
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