Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA Al menos entre los cientistas políticos de los Estados Unidos, el con- . cepto de dependencia se plantea en un punto de debate fronterizo. Russet y el enfoque de su equipo, con respecto al concepto es más consistente con la literatura sobre relaciones internacionales que el pensamiento tradicional en política comparada. Sin embargo, si sus esfuerzos son bien recibidos, o si son criticados solamente en base al enfoque cuantita– tivo podría bien introducir la teorización norteamericana sobre depen– dencia. Posiblemente las protestas de individuos tales como Cardoso prevenirán al enfoque de dependencia de ser monopolizado por los com– putadores y lo preservarán como un concepto adecuado para ser utilizado en estudio de casos. ENFOQUES MARXISTAS Con algunas excepciones y previamente a los años 60 los Academicistas norteamericanos habían oscurecido los métodos marxistas de análisis. Particularmente el funcionalismo estructural permitió a los cientistas políticos ignorar conceptos tales como clase o el impacto del capitalismo en países en desarrollo. Pero las torres de marfil fueron sacudidas por la oposición a la guerra dc Vietnam y los enfoques izquierdistas comenzaron a emerger y encontrar respetabilidad. El énfasis sobre el papel de las multinacionales y la cuestión general sobre el impacto de la dependencia fueron sustancialmente influidos por estudiosos que usaron metodologías marxistas. Hoy en día ningún análisis comprehensivo de la política latinoamericana puede ignorar el impacto de la inversión extranjera y los intentos de gobierno por con– trolar las multinacionales. Sin embargo, puede argumentarse que con la excepción de Chile, las tentativas de aplicar explicaciones marxistas a la política doméstica de Latinoamérica no ha sido muy iluminadora. La explicación marxista para eso lt para la cual aún autores de una tenden– cia más conservadora como Pike o estarían de acuerdo es que la peque– ña clase alta ha sido extraordinariamente efectiva en prevenir el surgi– miento de cualesquier sentido de conciencia de clase entre las masas. En efecto, muchos marxistas y no-marxistas estarían de acuerdo que la política latinoamericana puede ser visualizada como una lucha entre las élites a un nivel, con el único mecanismo de la l!lite -vis a vis-las clases bajas con un deseo de coaptar los líderes potenciales de movimientos de masas y a preservar estructuras de patrón-cliente. Obviamente, el corpo– rativismo es particularmente útil para reprimir la posible formación de conciencia de clase. Chile, con su poderoso movimiento laboral y partidos de izquierda ha sido único en Latinoamérica en el sentido de que hay una evidencia 40 F. Pike, Spanish America 190o..197(): Tradition and Social Innovation (New York, 1973).
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