Las relaciones entre los países de América Latina

LAS REtACJONES ENTRE tos PAÍSES DI! AMÉRICA LATJ!l:A patriotismo dentro del humanismo cristiano,,7o, valorizando la tradición histórica y cultural en que se han expresado los valores univer– sales y específicos de un pueblo. "Resulta así un deber de lealtad ... el trabajar porque la patria siga viviendo en la fidelidad a su patrimo– nio ,,11, Y a los valores (reales) en que se expresa. Sin embargo, el auténtico patriotismo, en esta perspectiva, aún si busca naturalmente una formulación particular de los valores, "abre a lo universal... No es anti-nada, sino que busca el enriquecimiento de lo propio en su inter– cambio con lo ajeno, en su abertura a lo complementario, en la conciencia de la necesaria y deseable interdependencia entre grupos y países... "72. En América Latina, las expresiones políticas del socialcristianis– mo de mayor envergadura corresponden a las experiencias del Gobierno de Frei en Chile, la de Caldera y luego de Herrera en Venezuela 73 , y a los Partidos Demócrata-cristianos de los diversos países latinoamericanos. (los de Chile y Venezuela en particular). En uno y otro. caso, la doctrina y la acción socialcristiana, en cierto sentido, se ha expresado como una "vía media" entre marxismo y liberalismo. En el caso del nacionalismo, es importante considerar tanto su aspecto positivo como su aspecto negativo. El primero surge de una necesidad de identificación con el medio de inserción y comporta la legítima afir– mación de los valores particulares de un grupo humano. El segundo aspecto comporta una "sobrevaloración de lo 'propio' y una aversión o crítica a todo lo que provenga del exterior,,14. En este caso, el nacio– nalismo "apunta hacia la exacerbación del amor patrio, hacia la vene– ración cuasi idolátrica de lo particular en cuanto distinto de lo que poseen otros pueblos; conduce imperceptiblemente hacia la sobrevaloración del territorio y de su conquista y defensa y, por lo tanto, hacia la militari– zación del concepto de patria. Conlleva muchas veces un menosprecio por los demás países, basado en la falsa vanagloria de un pasado mistificado y engrandecido míticamente con saturación de símbolos. Respecto del futuro, suele soñar grandezas inalcanzables y poner en tensión guerrera a toda la nación, como si a través de un voluntarismo dirigido se fueran a hacer realidad los mitos hegemónicos..."15. Es la importancia misma de lo que está en juego lo que vendría a explicar (o a "legitimar", si se quiere) la inflexibilidad en salvaguardar su integridad. 70 Cf. GEL'M, La Iglesia y la Integración Andina. Solidaridad. Nacionalismo, Arma– menlismo. L. Canal, 1976, Bogotá, p. 209. Cf. también la Constitución Conciliar Gaudium el Spes, del Vaticano JI (N° 75). 71 cr. CELAM, La Iglesia y la Integración Andina. p. 209. 72 cr. lbid.. p. 210. 73 Recordemos qUf' en El Salvador se impidió el a~'Ceso al Gobierno del candidato demó– crata-cristiano triunfante, Napoleón Duarte, en 1974. 74 cr. CELAM, La Iglesía JI/a lntej[ración Andina. p. 199. 15 cr. lbíd.. p. 208.

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