Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PAísES DE AMÉRICA LATINA sido simplemente ajustados o acomodados a exigencias políticas de coyuntura o a simples intereses personales o grupales. En el caso del marxismo, por otra parte, ha sido la sistematicidad doc– trinalo ideológica la que ha primado, como se lo puede ver tanto al conside– rar a los Partidos Comunistas, la política Castro-comunista en Cuba, o la guerrilla, al otro extremo. La "matriz" marxista permite, en los límites de sus principios esenciales, una gama de posibilidades políticó– ideológicas, desde el determinismo cuasi-reformista (reformista a nivel de los medios, no de los fines) al "voluntarismo" leninista estilo Che Guevara 63 . Sus principios de motivación, de estructuración doctri– nal o de justificación ideológica, son la "lucha de clases", la "domi– nación", "hegemonía" o "dictadura del proletariado"64 -que constituye el proyecto político marxista, ahí donde la sociedad comu– nista (horizonte siempre en retroceso) constituye su ideal histórico, la denuncia del "imperialismo", y la promesa socialista de una sociedad pacificada y de abundancia 65 • En América Latina, esta característica utópica del marxismo parece haber sido hasta ahora tanto más operante (como motivación) cuanto mayores son las injusticias "estructurales" de la sociedad. Sin embargo, ni la reacción ha sido originalmente "po– pular", sino de élites políticas e intelectuales, ni, por lo mismo, se ha adoptado espontánea y como naturalmente el marxismo como pana– cea. Ha sido, al revés, la conjunción de hecho entre intelectuales "conver– tidos" (entre los cuales no pocos del clero católico) y políticos marxistas, la que le ha dado al marxismo el carácter de una "oferta" cultural operatoria frente a las masas disponibles y a las instituciones manipula– bles de las sociedades latinoamericanas. Esta "oferta" se ha visto doctrinal y políticamente reforzada por la labor de las dos corrientes que en América Latina le han dado al marxismo, desde fines de los años sesenta, un insospechado impulso "renovador": la de los "teóricos 63 cr. F. Moreno, "De los anarco-utópicos y Marx a las expresiones actuales del socialis– mo marxista", pp. 39-64. En, Socialismo y Socialismos en América' Latina. L. Canal, 1977, Bogotá, pp. 13-66, y, de Guevara, cf. Ernesto Che Guevara. Obra revolucionaría. Ed. ERA, 1967. México. 64 La idea y expresión es de Marx (eL K. Marx y F. Engels, Manifeslo 01 the Communist Par/y. Progress Publ., Moscú, sin fecha de edic., pp. 66 Y79; Carta de Marx aJ. Weydemeyer. En. Marx y Engels, Obras escogidas. Ed. Progreso 1966, Moscú, p. 456, YK. Marx, "Gloses marginales au Programme du Partí Ouvrier Allemand", p. 44. En, Marx y Engels, Critique des Programmes de Gotha el d Erfurt. Ed. Sociales, 1966, París, pp. 18-50), la "teoría" de Lenin, Ce. The Sta/e and Revolu/ion. En, V. I. Lenin, Selecled Worl.s. Progress PubL 1968, Moscú, pp. 264-351, y, del mismo autor, "Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado". En, V. 1. Lenin, Obras escogidas. Ed. Progreso, 1966, Moscú, pp. 147-162. 65 "De cada cual, según sus capacidades; a cada uno según sus necesidades". será su lema (cf. K. Marx, "Gloses marginales...", p. 32). En la sociedad comunista se supone al hombre reconciliado con la naturaleza, con los otros y consigo mismo. en una sociedad radicalmente pacificada, "donde no habrá más clases". Cf. Marx, Misere de la fJhilosophie. Ed. Sociales, 1972, París, p. 73 (y pp. 178 Y179).
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