Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PAÍSES DE AMÉRICA LATINA transformación y desarrollo de los paises de América Latina. No significa esto que el estado no haya hecho nada en cuanto agente transformador, aún si el acento ha sido puesto más en la promoción de la industrialización y del crecimiento económico que en la transformación social y poJí– tica 45 • Sin embargo, la función estatal ha carecido a menudo de "ra– cionalidad" proyectiva y programática, y del universalismo, que define de suyo las tareas y la servicialidad estatal como exigencias del bien común. Grupos e instituciones Aún si la misma falta de institucionalización permite muchas veces identificar pura y simplemente las instituciones a grupos de interés o de presión, en América Latina han operado propiamente tres institucio– nes diversamente fundamentales como agentes de cambio histórico: la Iglesia, las Universidades y las Fuerzas Armadas. Las dos primeras han actuado sobre todo a través de la "formación de las conciencias", pero también directa o indirectamente presionan– do a los Gobiernos y grupos de poder a cambiar el staws qua. En particular la Iglesia institucional y jerárquica denunciada con o sin razón como "aliada a los poderosos" y pilar de la preservación de situaciones injustas y disfuncionales, ha venido a Jugar un role transformador importante, especialmente a partir de fines del siglo XIX, con ciertos sacerdotes prominentes y la acción de los "católicos sociales" en general 46 . Profundizando este impulso, el Concilio Vaticano 11 -en que la relación Iglesia y Mundo se expresa desde la perspectiva Iglesia en el munclo- va a provocar de alguna forma una nueva dinámica evange– lizadora donde las exigencias de transformación social, que había enunciado León XIII en 1891 (Rerum Novarum), se van a ampliar hasta lo político mismo 47 , haciéndose "multidimensionales". Tal vez nadie en la Iglesia de América Latina haya encamado mejor que el obispo de Talca (1938-1966), Mons. Manuel Larraín, el desafío de transfor– mación social primero y de transformación global luego. Mons. Larraín -quien fuera Presidente del e ELAM hasta 1966- resumía el pasado inmediato, preparaba y anticipaba el futuro, cuando ya en 1948 exhortaba 45 Con "signos" muy diversos, y opuestos, los casos de Frei y Allende en Chile, de Castro en Cuba, de Velasco Alvarado en Perú, o aún de Perón, antes, en Argentina, y de Batlle en Uruguay, constituyen ilustraciones prominentes de temativas de profundos -y no necesa– riamente positivos, desde luego- cambios sociales y políticos < 4" A comienzos del siglo xx, es preciso recordar en Chile en especial los P. P. J. Fernán– dez Pradel y F. Vives, y, luego al Padre A. Hurtado y Mons. M. Larraín< cr. A. Magnet, El Padre Hurtado. Editorial del Pacífico, 1954, Santiago, y de F. Moreno y J. Ruiz-Tagle, La démocratie-chrétienne en Chili. En, "Rythmes du Monde" (Bruges), Tomo X\'lll, N° 1, 1970, pp. 2 y 3 (y 2-13, en general). 41 Lo que está ya en las exhortaciones de Pío XII. quien debe ser considerado sin duda como el Papa de la democracia. 34
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