Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PÁISES DE AMÉRICA LATINA apreciarse al considerar que habrá que esperar siglo y medio para volver a encontrar en América Latina, en otro plano, una tentativa de enverga– dura centrada también a su manera en ideales de justicia, solidaridad y bienestar socioeconómico. Es el caso de los Gobiernos de José Batlle y Úrdóñez en Uruguay, a comienzos de este siglo (1903-1907 y 1911-1915), que le valieron a ese país el calificativo de Suiza de América. Como se ha señalado, el Gobierno de Batlle fue el primero en Latinoamérica "en mostrar alguna preo– cupación por el bienestar de los no privilegiados, y en tratar de atenuar la hostilidad existente entre el rico y el pobre por medio de una acción positiva". Entonces, hubo "un decidido avance en la legislación sobre inspección de fábricas, seguros de accidente, pensión de vejez, protección de hijos ilegítimos... atención médica para los pobres, vacaciones pagadas, derechos de la mujer ... "38. Esta importante preocupación por el bienestar social en la justicia aparece por otro lado fuertemente marcada por un anticlericalismo radical, en el marco de una verdadera campaña de laicización de la vida política y social. También aquí debe situarse históricamente la experiencia del Gobierno demócrata-cristiano en Chile. La fórmula política misma de "Revolución en Libertad", con que sus partidiarios quisieron ca– racterizar el proceso, manifiesta la intencionalidad moral y política de sus promotores. Más concretamente, se tendió entonces a operar un profundo cambio social (más que económico), estructurando la partici– pación de los marginados, o de los menos privilegiados, a partir de la promoción de una toma de conciencia efectuada en base a valores e ideales de justicia, libertad y solidaridad, propios de una filosofía personalis– ta 39 . Desde este ideal se implementaron complementariamente polí– ticas de desarrollo económico y de bienestar material. Podría decirse que el proyecto y acción de reforma agraria de ese Gobierno sintetizó en algún modo el ideal demócrata-cristiano, y es una forma particular de traducir!o concretamente. 2. Los agentes del cambio histórico Las personas En último término, los agentes de los cambiOS sociales e históricos son siempre personas individuales. Sin embargo, en América Latina esto se ha expresado a la vez con una intensidad particular y con cierta espe– cificidad. 3sef. S. Andreski, Parasítísm and SublJersíon. The Case of Latin America. Schocken, 1969;N.Y.,p.147. 39 Inspirada en J. Maritain principalmente.
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