Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PAISES DE AMÉRICA LATINA operatorio de la visión y voluntad políticas bolivarianas; es el paso del ideal de unificación política a la idea de integración económica, para el caso del Mercado Común Centroamericano, y a la idea de integración comercial, para el Caso de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Al.ALC). La "gratuidad" que comportaba el proyecto de Bolívar aparece, aquí y allá, absorbida en alguna forma por el utilitaris– mo funcional que los países en cuestión se han visto forzados a poner mínimamente en común a partir de los problemas del subdes,arrolIo económico y de la dependencia de un mercado mundial, en cuanto sistema comercial que refleja una "división internacional del trabajo" histó– ricamente impuesta por los grandes centros políticos e industriales. El fracaso de la Al.At.C como experiencia (esto, en contra de la interpretación jurídico-formal y apologética corriente en los medios oficiales de la Al.Al.C), y el estancamiento del Mercado Común Centroamericano, pare– cen indicar el agotamiento de la vía puramente utilitaria de integración, así como de la afirmación estrechamente nacionalista, incapaz de ver el interés nacional como también realizándose en el interés común, Ambos aspectos se pueden resumir y expresar en el primado de la estricta reci– procidad sobre un mínimo de solidaridad funcional. Ante esto, el Pacto Andino aparece como una respuesta y como un relevo integracionista relativo, más frente a la traducción operatoria del proyecto de integración, enunciada hacia 1957 por la CEPAL, que frente al "ideal bolivariano", ya que este último pareciera volver a tener un mínimo de funcionalidad histórica con la misma integración andina, En cualquier caso, la afirmación de autonomía así como la afirmación de un derecho de participación internacional, frente a los Estados Unidos en especial, pero aún frente a las mismas "hegemonías" "criollas", se encuentran en el origen del Pacto Andino, como, más ampliamente, en su proyecto (Acuerdo de Cartagena) y en su operación (Estatuto del capital extranjero, por ejemplo, adoptado en junio de 1971). Esta misma "voluntad de ser" histórica se expresa, en el plano interno (al Grupo Andino), en la importancia acordada a la industrialización común (adopción en agosto de 1972 de un programa de industrialización meta– lúrgica comportando una "dolorosa" repartición y asignación de 90 ítems de producción industrial por países) y al desarrollo comunitario (presentación en marzo de 1972 de las "Bases generales para una estra– tegia subregional de desarrollo", por la Junta del Acuerdo de Carta– gena)36. Sin exagerar el alcance del Pacto Andino (que ha tenido ya serios problemas, y que se puede prever los seguirá teniendo en el futuro, en la medida en que la integración tienda a profundizarse), se puede decir que su estructuración ha sido posible sólo gracias a haber podido operar una cierta adecuación (y control) de los nacionalismos "nacionales" 35 er. F. Moreno. El Pacto Andino. En "Víspera" (Montevideo), N° 31, junio de 1973.
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