Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PA'ISES DE AMÉRICA LATINA disparidades extremas de nivel de vida, de salud, de educación y de cul– tura"ao. A la diversidad según los países, de acuerdo a criterios de urbanización, de modernización y de ingreso, se puede agregar (para mostrar de alguna manera la diversidad de la diversidad) la distinción hecha por la CEPAL (en base a un criterio de desequilibrio regional) entre la diversificación por zonas a nivel de América Latina, tomada como un todo geográfico, y la diversificación interna (con sus diferentes grados y tipos) por país. En el primer caso, '''la cultura, la economía y las demás expresiones del desarrollo aparecen localizadas principalmente y por lo general, a lo largo del litoral o en sus proximidades, mientras el interior del continente se ha conservado en un estado de menor desarrollo y sigue conservándose relativamente menos desarrollado. Este es el caso de Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela'. En el segundo caso se trataría de importantes desequilibrios regionales internos (a cada país tomado separada– mente): 'en un extremo uno o pocos polos y sus respectivas áreas de influencia concentran la ~ayor parte de los recursos de inversión, los servicios, la actividad productora y, en muchos casos, la población. En el otro, una extensa periferia relativamente estancada, o en franca margi– nalidad en relación con el proceso general de desarrollo cumplido en el resto del país. Esto último se conforma en amplios territorios de Brasil, Colombia, Ecuador, Bolivia, México, Perú y Venezuela'. Los desequili– brios internos que caracterizan en general a las situaciones de subde– sarrollo vienen así a reforzar de alguna manera la radical heterogeneidad de América Latina, que aparece ya al considerar su geogral'ía. Piénsese aquí en las diferencias de superficie y de población existentes por ejem– plo entre Brasil, México y Argentina, por un lado, Haití y los países de América Central, por otro. Todo esto muestra el carácter relativo de la unidad genérica y 'estática' de la situación a la que hacíamos referencia más arriba, y envía de cierta manera el problema de la unidad de América Latina al de una voluntad y un proyecto común de integración desde la heterogeneidad misma, y en el marco de una voluntad y de un proyecto más fundamental de desarrollo,,31. Por otro lado, en el plano político, la heterogeneidad ha ido históri– camente del totalitarismo cubano a las democracias tradicionales de Chile, Uruguay y Costa Rica, pasando por las dictaduras militares clá– sicas y gobiernos civiles en que el sistema político, por su debilidad institucional, se confunde con la administración coyuntural de "la cosa pública". Ideologías nacionales (nacionalismos) y políticas no son menos heterogéneas, por el hecho mismo de ser nacionales o de estar fuertemente condicionadas por esta raigambre. 30 Cit. en, F. Moreno, La integración Latinoamericana, pp. 63 Y64. 31 CL lbíd.. pp. 64 Y65. CL además, Boletín de la Integración (Buenos Aires), N° 50, febrero de 1970, p. 85 (y 84-87. en general), S. DeH, A Latin American COffl"10n MarJ,etr. Oxford Univ. Pr.. 1966, London, pp. I Y2. .
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