Las relaciones entre los países de América Latina

Fernando Moreno / LA TRANSFORMACION POÚTICA DE AMÉRICA LATINA Corolario, en 1904, se deben entender en esa perspectiva histórica. Mili– tarmente, la dominación o la hegemonía norteamericana se afirman a través de las numerosas intervenciones en México, Cuba, Santo Domin– go, Haití, Nicaragua, Panamá o Guatemala 18 . Económicamente, los préstamos y las inversiones van a ir asegurando progresivamente un importante control de las débiles y desestructuradas economías lati– noamericanas. Control diferencial desde luego, que llegará a ser máximo en México, Colombia, Santo Domingo, América Central y Venezuela, y mucho menos importante en Argentina y Uruguay19. En todo caso, la dependencia del exterior se ha expresado en América Latina "multidimensionalmente". En la diplomacia, las fuerzas armadas y la política 20 ; en la economía y el comercio 21 ; en los modelos culturales del "herodianismo"22. Pero si bien es en el terreno militar donde la dependencia de EE.UU. se ha expresado más espectacularmente, tal vez donde su importancia es mayor, una vez más, es en los planos cul– turales y político. Es aquí donde aparece que si ha habido histórica– mente dependencia del exterior, ésta no ha sido tal, en gran medida, sino porque los llamados países dependientes se han hecho cultural y polí– ticamente disponibles a serlo. Con élites y grupos de poder herodianos, intelectual y afectivamente colgados a todo lo extranjero, europeo o nor– teamericano, provocando por ahí una radical inarticulación de América 18 Ce. p, Queuille, op, cit" pp. 139-183, 19 Tomando como indicador sólo las exportaciones a EE.UU. en 1960, los porcentajes (en relación al total exportado durante ese año por país) son los siguientes: 64,4; 64; 59,6; 49 Y 45,8, para Santo Domingo, Colombia, México, América Central y Venezuela, respectivamente. Al otro extremo, estos porcentajes son de 8,5 y 15, respectivamente, para Argentina y Uru– guay. Ce. United Nations, Yearbook o/lntemational Trade. Statistics 1961. U. N. Publ. N° 62, XVII, 8,1963, N. Y., pp. 201, 204,157,161,424,430,688,691,51,55,684 y 687, respectivamente. Las conversiones de moneda para fos casos de Santo Domingo. México y Venezuela rueron hechos por nosotros, así como, en general, todos los cálculos para Amé– rica Central. 20 Los "yes sir" de la NU, por ejemplo, durante largo tiempo desde 1945. En lo militar los mejores indicadores son los Tratados y Pactos de asistencia r~¡proca que crearon entre los EE.UU. y los países latinoamericanos una verdadera red "de lazos políticos y de obliga– ciones militares". Después del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, o Tratado de Río de Janeiro (1947), y del Acta de Seguridad Mutua aprobada por el Congreso norte– americano en 1951, se establecieron numerosos Pactos bilaterales entre EE.UU. y diversos países latinoamericanos. Hacia t 955 doce de estos países habían concluido tales pactos cr. P. Queuille, op. át.. 220,221,272 Y273. 21 Los indicadores aquí son la composición del comercio, las inversiones de capital (monto, sector y condiciones de inversión) y los retornos de capital. En nuestro libro sobre La integración Latinoamericana, hemos presentado cuadros y datos elaborados o tomados de diversas fuentes. cr, pp. 67-82. 22 Expresión forjada por Toynbee y sociológicamente "operacionalizada" por R. Vekemans yel equipo de DESALo Se expresa con ella "el hecho de vivir en la aspiradón y reali– zación artificial de tipos de vida extraños al propio cuerpo social". cr. DESAL, América Latina y desarrollo social. Herder, 1966, Barcelona, p. 263 (y 249-253). De, A.J. Toynbee,cr, Estudio de la Historia. Alianza Editorial, 1971, Madrid, pp. 133-141.

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