Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PA'ISllS DE AMÉRICA LATINA nados esquemas de integración económica regional o subregional, en su casos, Pues bien, al promediar la década de los setenta, es posible observar cómo se van entronizando en los espíritus de ciertos economistas, tanto del sector público como de la esféra privada de América Latina, algunos planteamientos económicos radicalmente diferentes a los contenidos en los postulados iniciales de CEPAL. Aquellos planteamientos que gené– ricamente podríamos denominar "antiproteccionistas" cuestionan los modelos económicos anteriores de desarrollo e integración al susten– tarse en el siguiente raciocinio: - No se deben aceptar niveles arancelarios elevados y discrimina– torios en favor de sectores industriales privilegiados y en contra del resto de las actividades productivas del país, especialmente la minería y la agricultura. Aquel postulado impide que las actividades económicas definidas como estratégicas o prioritarias o incipientes se vean protegidas de una manera especial. El desarrollo de proyectos incluidos en los Programas Sectoriales de Desarrollo Industrial en el marco del Pacto Andino, o las denominadas Industrias Centroamericanas de Integración, deberían, a juicio de la mayoría de los países miembros, ser incentivados mediante una protección más o menos substancial a través del arancel externo co– mún. También se arguye que existen diferencias .en los beneficios sociales que aportan las distintas actividades productivas y esas diferencias no son captadas necesariamente por el mercado. El arancel al discriminar en los incentivos a las distintas actividades productivas, permite com– pensar en parte, aquellas diferencias. Se contraargumenta sosteniendo que las protecciones arancelarias elevadas no hacen sino trasladar la ineficiencia nacional a niveles sub– rregionales o regionales. - Los instrumentos propios de una política de comercio exterior (arancelarios, paraarancelarios, de fomento a las exportaciones, cam– biarios, de tratamiento al capital extranjero, etc.) deben ser únicos y no discriminatorios. La no discriminación comprende en la esfera in– terna de las naciones a todas las actividades económicas y a las distintas zonas geográficas del país y en su proyección internacional a todos los estados por igual. Este planteamiento que sólo permitiría distinguir distintos niveles arancelarios según los productos de que se trate, prescindiendo del país que los exporte, impide constituir subrregiones o regiones pre– ferentes. El principio de "la preferencia es de la esencia de los esquemas de integración" y precisamente las ¡'concesiones" negociadas en los distintos Programas de Liberación generan un margen de preferencia 8 A finés de 1970 Honduras se retiró formalmente del Mercado Común Centroame– ricano. 194
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=