Las relaciones entre los países de América Latina
LAS RELACIONES ENTRE LOS PÁISES DE AMÉRICA LATINA raciocinIO: "lo máximo es la Nación, pero la Nación sin el Estado no puede nada. El Estado es poder. El Mundo es nada más ni nada menos que la lucha de poderes. Entonces, por definición, las naciones son riva– les y están en lucha por su subsistencia y expansión"". No pretendemos sostener que todos los gobiernos militares comparten la misma doctrina de la seguridad nacional; ni siquiera que sostengan una determinada doctrina sobre la materia. Tampoco estamos negando la posibilidad cierta que gobiernos de esa naturaleza puedan estructurar. entendimientos con otros estados del área sobre materias específicas limitados y revocables en conformidad a normas predeterminadas. Pero está cIara la renuncia propia de aquellos regímenes a dotar de cierta dosis de autonomía a organizaciones 'regionales de coopera– ción y/o integración. Son regímenes reacios\ por definición, a estructu– rar entidades supranacionales que se ubiquen a una distanci~ equiva– lente entre las 'simples limitaciones contractuales, ocasionales y revo– cables de la soberanía, propias del individualismo internacional, y un federalismo que subordine la soberanía de los estados miembros. Pero lo que es peor aún es la tendencia del nacionalismo a exacerbar la "memoria histórica" sumamente negativa en América Latina por la permanencia de problemas fronterizos. Necesariamente la . "afirmación de sí" propia de los nacionalis– mos desata las ideas del "contraste con otros"; de tender a lo exclusivo, "excluyendo"!) . Resulta a primera vista paradojal contrastar cierto nivel de identi– dad en las formas de gobierno (autoritarias) que prevalecen en América Latina y que aparentemente podrían contribuir a un diálogo regional más armónico, con los profundos recelos recíprocos con que dichos regímenes se observan, emanados éstos desde las profundidades de un nacionalismo estrecho y parroquial. La llamada doctrina de la seguridad nacional tiene buena culpa de ello. .. La posibilidad de un "nacionalismo continentaf' parece, entonces, tan remota como urgente. Destacamos las ideologías nacio– nalistas como un obstáculo a la integración regional que tiene caracte– rísticas distintas a las ofrecidas en las dos décadas anteriores, ya que en la actualidad se nos presenta como una doctrina "elaborada", y no simplemente como nacionalismos sentimentales emanados de la "me– moria histórica". 5 Ver trabajos de José Comblin y de Alberto Methol Ferré sobre Seguridad Nacional, publicados en septiembre de 1977 por la Vicaría de la Solidaridad. Arzobispado de Santiago. Especialmente pp. 201 a 264 del Volumen 11. 6 Fernando Moreno: "La integración latinoamericana". Instituto Chileno de Es– tudios Humanísticos, p. 279. Talleres Gráficos Corporación Ltda. 1978.
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