Las relaciones entre los países de América Latina
G. EcheverrÚl, M. T.ln/antey W. Sánchez/ CHILE y BOLIVIA: CONfLICTO y NEGOCIACIÓN •• , de la estrategia global chilena, incluyendo, por cierto, la optimización de su capacidad disuasiva. Esta última amenaza hipotética, requiere de un imaginativo esfuerzo de utilización del poder político, basado en alianzas pragmáticas, en el derecho internacional, y conducido por un sistema de seguridad nacional que integre a sectores cívicos y militares en un esquema de cooperación que se inserte en un nuevo ordenamiento interno. Todo esfuerzo imaginativo en ese sentido supone una visión global de la seguridad en sus aspectos económicos, políticos, sociales, militares y diplomáticos y la participación de expertos en distintos campos del quehacer nacional que muestren el amplio horizonte de alternativas a los dirigentes políticos. Esta inquietud resulta válida tanto para Chile, como para el resto de países de la subregión, si se desea evitar al máximo los errores de cáculo internacional en la apreciación de las situaciones y prever a tiempo las consecuencias catastróficas de una insuficiente capacidad política para influir adecuadamente en los acontecimientos que pueden romper la seguridad y el equilibrio regional. El camino dél diálogo regional basado en el derecho, la cooperación. en los consensos estables y en la búsqueda de la reciprocidad de intereses, aparece como una alternativa al conflicto y a la desintegración. Por lo tanto, los resentimientos anacrónicos entre países del cono sur pare– cieran no servir realmente a una estrategia tendiente a aumentar la auto– nomía y soberanía de estos países. En este campo la razón debería poder más que la fuerza.
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