Las relaciones entre los países de América Latina

G. Echeverría, M. T. Infante y W. Sánchez I CHILE y BOUVIA: CONFLICTO y NEGOCIACIÓN. , . No obstante las expresas reservas de Argentina, Paraguay, Uru– guay y Brasil en el sentido de que la resolución no significaba una impo– sición, el hecho es que sus votos coadyuvaron a la aprobación de la reso– lución. El Canciller chileno, Hernán Cubillos, ha señalado enfática– mente que ésta no origina obligación alguna, carece de relevancia y que en nada alterará la línea que el gobierno de Chile ha tenido tradicional– mente. La aprobación misma de la resolución implica un paso adelante pues– to que de las simpatías informales que Bolivia recogió en el pasado, ahora logro el apoyo formal del continente así como una mayor publi– cidad a su posición. Este es un hecho que debe alertar a la diplomacia chilena y por cierto que no ha sido bien recibido por algunos grupos dentro del país los cuales han levantado sus voces para advertir eventuales peligros en el futuro. Donde Bolivia no tuvo éxito fue en su tesis de la revisión unilateral de los tratados de límites, a pesar del apoyo de países como Ecuador, Panamá y Venezuela. La mayor parte de los gobiernos compren– dieron que una tesis semejante constituía una amenaza real para la paz y est.abilidad de continente, puesto que la mayoría de los países han definido sus límites mediante Tratados. El éxito diplomático regional no logró en cambio producir la necesa– ria estabilidad del régimen democrático. Aun antes de que las delegacio– nes a la OEA abandonaran La Paz, un golpe de. estado encabezado por el Coronel Alberto Natusch Busch puso término al gobierno de Guevara Arce en la madrugada del 10 de noviembre de 1979. Cabe señalar que ese gobierno era ya un gobierno de transición por un año, elegido por el Congreso boliviano, después que en las elecciones de julio de este año nÍnguno de los candidatos obtuviera la mayoría ab– soluta. El Congreso fracasó en su intento de elegir entre uno de los dos candidatos que habían obtenido las más altas mayorías y Guevara Arce surgió como producto de una transacción. La caída de este gobierno demuestra una vez más que los éxitos en política exterior no logran aunar en lo interno a la opinión pública y que la estabilidad política de Bolivia nada tiene que ver con la cuestión del enclaustramiento. El gobierno del Coronel Natusch duró algunos días, siendo reemplazado por un gobierno civil encabezado por Lidia Gueiler, El record de seis gobiernos desde julio de 1978 hasta diciembre de 1979, no puede ser atribuido al problema de la mediterraneidad. Es de esperar que la década del ochenta abra las puertas' a un definitivo acuerdo de cooperación entre estos países. CONCLUSIONES La situación cntlca de la subregión y el conjunto de hechos analizados nos invitan a plantear algunas observaciones finales. 179

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