Las relaciones entre los países de América Latina
G. &heverrÍd, M. T. Infante y W. Sánchez / CHILE y BOLIVIA: CONFLICTO y NEGOCIACiÓN .•. negociaciones y que fueran aprobadas por notas intercambiadas entre Chile y Bolivia en 1975. Respecto de la posición chilena se podría señalar que la consulta al Perú fue hecha cuando aún no se había logrado profundizar en cuestiones esenciales en la negociación con Bolívia, por ejemplo en lo del canje territorial. Esto podría haber impedido la desaceleración de las nego– ciaciones con Bolivia, las que a partir del conocimiento de lo planteado por Perú en noviembre de 1976, pierden francamente el vigor adecuado para hacer avanzar lo iniciado dos años antes. La actitud de reserva demostrada por el Perú después de conocerse la respuesta a sus planteamientos de 1976 sign ificó en la práctica dejar a Chile y Bolivia en situación de entenderse bilateralmente, pero el método había sido ya fundamentalmente alterado. El Presidente Banzer hizo presente, a fines de 1977, que otros factores "deberían recoger un espíritu de mayor amplitud,,44 y aducía que sólo el reconocimiento de "nuevas circunstancias" sería la base para un encuentro de los representantes especiales convenido en septiembre de ese año 45 . Comparando esta última posición boliviana con la que Chile demuestra en el mismo período, se observa una desaceleración sustancial de la negociación, que a Chile no le correspondía impulsar dado que su posi– ción había sido fijada con leves cambios en 1975 y que ésta no había variado en el corto plazo. Es posible avanzar la hipótesis de que el estancamiento de las nego– ciaciones no se consideraba como esencial para los intereses de Bolivia puesto que el Presidente Banzer dejó constancia en su carta al Presidente Pinochet de 21 de diciembre de 1977. que de tomarse en consideración otros factores en la negociación deberían ser aquéllos que congregaran "la decisión unánime de mi Patria". La eventual realización de elecciones en Bolivia hizo más fuerte la vinculación entre la situación interna boli– viana y la continuidad en sus planteamientos internacionales en especial en lo que respecta al consenso interno 46 • Las alternativas utilizadas por Chile en el período posterior a la con– traproposición peruana en 1976, se caracterizaron por el esfuerzo para mantener el diálogo diplomático, preparándose nuevamente a contestar en el ámbito internacional las peticiones y denuncias que los sucesivos gobiernos bolivianos reiniciarían sobre la mediterraneidad del país. Por parte de Chile, quedó claro que la ruptura diplomática y la interrup– ción de las negociaciones, así como de las relaciones diplomáticas obe– decieron a la decisión del gobierno boliviano. Por su parte, en lo esencial, Perú no manifestó expectativas de obtener ventajas directas, pero no aceptó un cambio que aunque no fuera en su detrimento no le significaba mayores ventajas. En este sentido debe H Historia de las .\"egociaciones Chileno-Bolivianas. Op. cit.. p. 70. 4S lbfd. . 46 lb íd.
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