Las relaciones entre los países de América Latina

LAS RELACIONES ENTRE LOS PA'ISES DE AMÉIUCA LATINA Mientras el debate argentino-brasileño-paraguayo continúa ya que Argentina tiene con Paraguay el proyecto binacional de Corpus, las obras de Itaipú continúan adelante, sin encontrarse hasta la fecha una solución que compatibilice ambas obras y enfrentados al peso de los hechos: Corpus es una posibilidad e Itaipú es una realidad. Esta situación ha hecho que las relaciones argentino-brasileñas, que deben aceptar una situación de vecindad ineluctable, se encuentren reducidas en otros planos como el del comercio, pese a que Argentina ocupa una alta colocación en el intercambio comercial brasileño. A su vez esta situación ha contribuido a definir la posición de Bolivia, Paraguay y Uruguay que, habitualmente, han sostenido una política pendular destinada a la obtención de las mayores ventajas en la disputa argentino-brasileña, pero que ahora evidencian una tendencia creciente de proximidad hacia el Brasil diversificando sus relaciones bilaterales y asociándose binacionalmente en la cuestión energética. Así además de Itaipú, puede mencionarse el acuerdo brasileño-boliviano sobre gas natural y el proyecto brasileño-uruguayo de la Laguna Merim, elemen– tos que definen las relaciones bilaterales del Brasil con sus asociados de la Cuenca del Plata. En el otro lado del mapa sudamericano, la Cuenca Amazónica y el Acuerdo sobre Cooperación suscrito en Brasília en 1978, viene a cons– tituirse en el nuevo marco de las relaciones del Brasil con Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela 101 . Pese a los evidentes avances brasileños en la Amazonia es innegable que el Brasil necesitaba dar una proyección internacional, establecida en un tratado que cautela celosamente la soberanía de los Estados Miem– bros y su igualdad jurídica, para el aprovechamiento, integral de los vastos e incógnitos recursos situados en esos extensos territorios. El Acuerdo Amazónico constituye uno de las mayores realizaciones del Itamaraty y una muestra de eficiencia diplomática que le permitió disuadir en 18 meses los recelos de años de los que ahora son sus aso– ciados. A la vez, dentro de la política del pragmatismo responsable, el Acuerdo en el Amazonas significó volver en los hechos a dar a América del Sur la primera prioridad de las relaciones internacionales, luego de una exitosa incursión por los escenarios de la política mundial que, sin embargo, lo comenzaba a situar en una posición relativa de aislamiento. La firma del Tratado significó una nueva dimensión para las relacio– nes con Colombia, Perú y Venezuela, a través de un trabajo paciente que permitió un marco amplísimo de relacionamiento con el Perú, un acuer– do sobre carbón con Colombia -en el que se hace presente una vez más la cuestión energía- y una reconciliación de intereses con Venezuela ,país < 101 Seis interesantes enfoques sobre la Cuenca Amazónica pueden encontrarse en Encontros com a Civjliz~iio brasileira, N° 11, marzo de 1979.

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