Propiedad industrial e intelectual y desarrollo tecnológico

105 Situación de la Protección en los Productos . .. Con los éxitos de la industria farinacéutica de investigación, que extiende sus ventas a todo el mundo, surge su poderío económico y la posibilidad de reinversión en nuevos productos. Nacen también compañías expertas en espionaje industrial, loque les permite copiary sintetizardrogas ya inventadas, por métodos de síntesis iguales, similares o diferentes. Este fenómeno y otros conducen a que los países legislen sobre la propiedad legal de los inventos. A Chile llegan productos originales, importados terminados o fabri– cados localmente con drogas originales, por las filiales de las Compañías transnacionales de investigación. Poco después, nace con fuerza la indus– tria, denominada nacional, que abastece al mercado chileno mediante dos mecanismos. El primero, en virtud de contratos de licencia, con compañías de investigación no instaladas en el país. El segundo, simplemente adqui– riendo drogas copiadas, a compañías transnacionales expertas en el espio– naje industrial y la copia. Este segundo mecanismo, lamentablemente, se generaliza a tal extremo que muchas drogas originales, quedan fuera del mercado. Una revisión de los nombres genéricos de las 10 monodrogas más vendidas en 1989, nos indica que de las 10, sólo 5 originales existen en el mercado. El número de copias es excesivo, registrándose un promedio de 9 copias por cada monodroga, entre los 10 genéricos más vendidos. El excesivo número de copias en el mercado, no se traduce en beneficios. Prácticamente, es una saturación que ejerce una inadecuada presión sobre el Cuerpo Médico, al promover cada compañía su monodro– ga. A nivel de farmacias, la presión comercial induce al cambio de recetas. A todo esto se une la cada vez más acentuada apreciación de que la calidad no es homogénea Estudios de biodisponibilidad comparada, dan cuenta con frecuencia de diferencias significativas en el comportamiento clínico de drogas que presentan similitud química, pero no terapéutica. Los diver– sos stocks en los distintos laboratorios yen toda la red de distnbución, son un despilfarro de divisas, que aunque insignificante, dado el precio de los productos y el tamaño de nuestro mercado, es un hecho digno de conside- raro El único beneficio que puede esgrimirse para justificar esta prolifera– ción de copias es la libre competencia. Sin embargo, las diferencias de calidad no hacen posible, ni aceptable, comparación alguna sobre la base de precios. Ahora bien, toda esta situación opera hasta este momento. No existe protección jurídica al producto farmacéutico. La Ley dictada por el gobier-

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