El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

EL MAR EN SEIS DIME:-ISIONES I F. Marull Bermúdez blación que no tuvo éxito alguno y qué denominó Puerto de Leones. Siendo el mismo Alcazaba asesinado por sus compañeros y el puerto abandonado" debieron regresar los sobrevivientes a España. Cuatro años más tarde, en 1539, otra expedición española de Alonso de Ca– margo que alcanzó también por mar hasta el estrecho, fue igualmente desbaratada, esta vez por los elementos. Vemos así como tres expedicio– nes, Loayza, Alcazaba y Camargo, terminan en desastres en la extremi– dad austral sin poder cumplir sus cometidos. Por ese tiempo Almagro -ya había llegado por tierra por la ruta de Collao a reconocer Chile (Norte Chico y Central), alcanzando hasta el sur de Chillán aproximadamente, donde fueron atacados por los Mapu– ches (Batalla de Reinogüelén, agosto de 1536). Otro pequeño grupo de compañeros de Almagro habían venido por mar desde el Perú. Observamos entonces que el primer reconocimiento del litoral chileno, nortino y central, se debió a la expedición marítima que apoyó el azaro– so y esforzado recorrido por tierra de don Diego de Almagro. Esta vez el reconocimiento fue efectivo y no solamente ))de paso« como los de San– tiago de Guevara y Magallanes en 1520 y 1526 respectivamente. Aún cuando inicialmente fueron tres las naves que integraron la Ilo– ta o expedición marítima de Almagro, solamente una de ellas, la llSan Pedro l ( de alrededor de 40 toneladas, pudo cumplir su objetivo. El Ga– león de nLos Gobernantes« sufrió deterioros de tal consideración que regresó al Callao y de allí a Panamá a objeto de someterse a reparaciones. El otro navi:o, llEI Santiago(!, a mando de Ruy Díaz, piloteado por Alon– so Quintero, solamente llegó cerca de las islas Chinchas de! Perú, y de allí siguieron los expedicionarios por tierra. Al llegar a la caleta de Ari– ca, 25 de estos (Quintero entre ellos), se embarcaron en la tercera nave llSan Pedro!(, la cual fue la única que pudo continuar y cumplir su co– metido. La llSan Pedro« llegó hasta Los Vilos y reconoció después la bahía de Quintero (denominada así en honor del piloto mencionado). Esta expedición trajo auxilios a Almagro y sus compañeros en los pri– meros días de mayo de 1.'):364, El adelantado ordenó posteriormente que la nave' siguiera navegando hacia el estrecho, pero no le fue posible hacerlo. Cabe advertir que ya en Almagro existía e! interés en alcanzar hasta el paso descubierto por Magallanes a fin de controlarlo para Es– paña. Más adelante, el propio fundador de Chile, capitán don Pedro de Valdivia en 1545, poco antes de su viaje de regreso al Perú a buscar auxi– lios y la confirmación de su cargo de gobernador, envió a su vez con el mis– mo propósito al marino genovés Juan Bautista Pastene, quien alcanzó a reconocer las costas del Sur' hasta L1anquihue (Bahía de San Pedro). Merece especial mención y reconocimiento asimismo el viaje de la San- 'De Ramón, Armando...Descubrimiento de Chile y compañeros de Almagro«. págs, 63 y siguientes.

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