El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

El mar en la historia de Chile Federico Marull Bermúdez Respecto al título de esta conferencia ))El mar en la Historia de 'Chi– le«, caben hacer algunas observaciones y precisiones. Se trata de un breve resumen de la historia de las actividades del hombre que habitó el litoral que hoy pertenece y que antes perteneció a Chile. Este será breve en atención al escaso tiempo que disponemos, pu~s el Mar en la Historia de Chile constituye', una temática que ocuparía algunos meses en anali– zarla y describirla sólo en sus asp'ectos más fundamentales. Exsite la creencia, felizmente no muy generalizada, que la historia marítima chilena es escasa y poco decisiva. Al respecto, sostenemos que esta interpretación que desestima, y a veces niega toda relevancia al mar en la historia nacional, señala 'una falta de objetividad tan gran– de o mayor que la posición opuesta, que han adoptado algunos »histo– riadores" amenos y afectós a la literatura histórica, queriendo inven– tar una evolución histórica )plena de tradiciones marinas(! . Como siempre la tranquila verdad espera y casi siempre se encuentra a medio camino entre ambas interpretaciones. Tanto las teclas negras como las blancas deben considerarse, ambas tienen su aporte, su ver– dad, que permitirán objetivamente escuchar y deducir el mensaje de la lección histórica. Analicemos la primera interpretación, )pesimista«, en sus funda– mentos. A primera vista pareciera que, si consideramos la posición geo– gráfica de nuestro país, sus 10.000 Kms. de costa, con una cornisa con– tinental abrupta y montañosa adosada a una larga y angosta faja de tie– rra, esta geografia debiera estar habitada, indudablemente, por un pueblo quP. viviera casi exclusivamente de los productos del Pacifico sur y que, por tanto un pueblo así (como .los escandinavos y sus antece– sores vikingos) tendría que haber colonizado parte de la Antár– tida, toda la Polinesia y ¿por qué no? Australia y Nueva Zelanda. Ello n9 ocurrió, y no sólo no acontedó, sino que la presencia de los habitan– tes de este país sobre la extensión oceánica del mar del sur, ha sido tan escasa que en muchos momentos de su historia no ha existido ni un solo buque, o el que pudiera flotarse no contaba con tripulación chilena sino en forma mínima. Se ha señalado que en el siglo pasado la Escuela Naval ha debido ser fundada tres veces, por el escaso interés que el mar había despertado en nuestra sociedad agrícola-minera. Es efectivo asimismo que en los siglos XVII y XVIII, Chile careció de una marina (de guerra y mercante) y debió depem~er casi exclusivamente del Virrei– nato del Perú para el comercio y el transporte, Al respecto todos sabemos las enormes dificultades de O'Higgins y Zenteno para poder hacer flotar esas ))cuatro tablas!! de la Expedi- 87

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