El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

EL MAR EN SEIS DIMENSIONES / P. Herrera Larraín man parte normal de la dieta de un grupo amplio de la población y que pro– veen de una fuente valiosa de proteínas a la dieta. Por otra parte, varias especies pesqueras, tales como la anchoveta y fracciones importantes de merluza, jurel y sardina son· destinadas a la reducción para la elaboración de harina que indirectamente es destinada al consumo humano al servir de alimentos para aves y cerdos. (Este medio de utilización para estas especies limita bastante su aporte a la nutrición humana ya que se ha estimado que la harina de pescado entrega solamente un 20~o de 1.0 aportado por las especies, si fueran destinadas al consumo hu– mano directo en lo que a eficiencia proteica se refiere). FAO clasifica al destino que se le da a las capturas pesqueras en los grupos siguientes: consumo fresco, congelados, seco salado, enlatado, harina y aceite. Cambios significativos en los patrones de industrializa– ción se han observado dentro de los años 1960 a 1970 a nivel mundial. La cantidad pl'Oducida en cada grupo se ha incrementado, pero no en la mis– ma proporción. Mientras las capturas destinadas a la industrialización, tales como conservas, se han mantenido constante en valores relativos, alrededor del 9~o del total capturado, la proporción de especies marinas, procesadas como alimentos congelados ha crecido cerca de tres veces y las cantidades en porcentaje del total de las capturas que es comercializado en estado fres– co, o en la diferente variedad de alimentos semi preservados, ha disminui– do en forma. considerable. El cambio más espectacular se ha observado en el incremento notable de las capturas que son destinadas a la producción de harina y aceite. En la actualidad alrededor de 25.000.000 de toneladas o cerca de 1/3 total de las capturas es destinado para este fin. Si observamos en forma detenida la situación respecto al destino de las capturas en Chile, nos encontramos con una situación diferente. Llama la atención, eso sí, observar, en primer lugar, el alto porcentaje destina– do, en Chile, a la fabricación de harina y aceite. También se observa la baja incidencia que tiene la industrialización de las diferentes especies marinas en el rubro congelado, donde además debe considerarse que casi el 90~o de la producción que se produce en el país, va a mercados internacionales, para países desarrollados. O sea, la importancia de este sector es casi despreciable en lo que a consumo interno se tratá. El aumento creciente y sostenido, a nivel mundial, en el uso de los re– cursos marinos de la forma congelada puede estimarse que continuará siendo una tendencia fuerte en los años próximos. La explotación de los recursos pesqueros en lugares cada vez más distantes de los puertos de origen de la flota pesquera, y el avance notable de la tecnología de congelación a bordo, además de los excelentes siste– mas de distribución de alimentos congelados de los países desarrollados, permiten pronosticar con bastante certeza el desarrollo de esta temolo- 58

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=