El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

El MAR EN sEis DIMENSIONES I P. Herrera LaTTaíl1 Los recursos pesqueros ofrecen una excelente posibilidad para satis– facer en buena medida la demanda actual y futura de alimentos de buena calidad nutritiva, especialmente en lo que a proteínas de origen animal se refiere. Chile, con recursos marinos considerados de gran calidad y con volú– menes de pesca superiores al millón de toneladas anuales como promedios, no debería presentar problemas de desnutrición proteica. En efecto, si asumimos que los productos pesqueros tienen como promedio un 150/0 de proteínas, con una captura de 1.000.000 de toneladas anuales, dispon– dríamos de 150.000 toneladas de proteínas para alimentación humana, lo que significaría terminar con el déficit anual proteico del país, estima– do en alrededor de 100.000 toneladas. Hay que considerar que estas cifras de un millón de toneladas y el 15"70 de proteínas significaría, eso sí, apro– vechar integralmente los recursos, pero no de acuerdo a los sistemas que act ualmente se usan. Sin embargo, la realidad actual es diferente y se produce la paradoja de que Chile debe importar enormes cantidades de alimentos para suplir los déficit existentes, teniendo, por otra parte, una fuente alimenticia de excelente calidad mal explotada. Solamente el 150/0 del total de las capturas es utilizado en el país para el consumo humano directo, ya sea en estado fresco o industrializado. La razón radica en que más del 800/0 del volumen desembarcado es destinado a la elaboración de harina y aceite, exportán– dose una gran parte a países del hemisferio norte, en donde el déficit pro– teíco prácticamente no existe. Por otra parte, ocurren pérdidas conside– rables de recursos pesqueros por ralta de adecuados métodos de preser– vación, distribución y comercialización. En algunas especies estas pérdi– das llegan al 250/0 del total de lo capturado. Sucede también que en determi– nadas épocas del año, hay especies qué no son extraídas en toda su disponibilidad, debido a problemas circunstanciales de mercado, con lo cual se pierde un potencial enorme de alimento. El consumo actual de productos pesqueros en nuestro país es de alre– dedor de 16 kilos per cápita al año que es considerado alto si se le compara con países agrícolas tradicionales de Latinoamérica, como Argentina, Colombia y Uruguay, donde el consumo se mantiene bajo los 5 kilos per cápita al año. Sin embargo este consumo es bajo si lo comparamos con países pesqueros desarrollados, situación a la cual Chile debiera llegar. Noruega tiene un consumo de 61 kilos per cápita, Japón cerca de los 50 y Portugal 48 kilos al año. Una de las razones por las cuales Chile mantiene un consumo de produc– tos pesquero bajo, en comparación con sus recursos disponibles, es debi– do a la baja calidad en que normalmente llegan estos alimentos a la pobla– ción, y también a la irregularidad que se observa en la distribución de éstos. La baja calidad de los alimentos marinos es causada por las malas prácticas de manipulación, tanto a bordo como en tierra, y debido a los 56

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