El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica
EL MAR EN SEIS DIMENSIONES / P. Arana y O. Guzmán que no se justifica hacerlo industrialmente dada la gran abundancia de mitílidos que se desarrollan en forma natural. En este sentido sería preferible que se diera prioridad al ostión, en atención que su disponi– bilidad en bancos naturales es más bien reducida. El erizo, cuyo potencial no cabe duda ha sido subestimado, es la segun– da alternativa en lo que a mariscos se refiere, aun cuando es menos abun– dante que los mitílidos. Entre los crustáceos tenemos la centolla, que podría sustentar una explotación mínima de 600 ton. anuales. EL principal problema de esta pesquería es que el esfuerzo de pesca debe ser muy bien distribuido, a fin de que los caladeros no sean sobreexplotados a corto plazo, dado que normalmente estos son de reducidas dimensiones. Cabe señalar que en la mayoría de los casos estos no son más que estrechas »repisas(( de pla– taforma, de pocos metros de anchura, desde donde desciende el fondo bruscamente hasta profundidades no aptas para el desarrollo de la es– pecie. En cuanto a la región oceánica, la única evidencia de que existan re– cursos, ha sido dada por Longhurst (1968), quien ha estimado una cap– tura anual de crustáceos planctónicos del orden de las 10.000 ton. Este recurso de características comparables al krill antártico, está consti– tuido por langostinos de pequeño tamaño (Munida greraria), los que se distribuyen formando concentraciones comerciales en las cercanías de la superficie. También se ha detectado una abundancia apreciable de langostinos (Munida subrogosa) sobre el fondo de los canales y bahías adyacentes, lo que podría dar cabida a una industria de medianas proporciones. La presencia de estas especies planctónicas, así como las capturas de merluza y merluza de cola obtenidas en los canales magallánicos, has– ta las cercanías del Cabo de Hornos, constituyen buenos elementos de juicio como para estimar que los recursos demersales detectados has– ta la altura del Golfo de Penas, se extiendan hacia el sur. De ser así, ésta constituiría otra excelente posibilidad de desarrollo zonal. En lo que respecta a la accesibilidad, no hay duda que la región de los canales presenta las mejores posibilidades. Son un hecho conocido las malas condiciones climáticas que imperan en altamar, siendo necesa– rias grandes embarcaciones pesqueras para poder operar con éxito. Aún así, esta zona presenta grandes perspectivas, aun en el caso de que los l' peces fueran poco abundantes, dadas las excepcionales cantidades de mariscos que la pueblan. Por lo demás" cabe destacar el enorme po– tencial de algas pardas, que se suman a lo antes dicho. Zona Antártica Esta zona se caracteriza por una predominancia de crustáceos planctó– nicos, destacándose entre la gran variedad existente, la especie Eu- 4 2
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