El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

El. MAR EN SEIS DlMENSIONE~ I P. Arana y O. Guzmán El caso de los moluscos no difiere de las otras regiones explotadas del país. Especialmente el loco, explotado con tal intensidad, que actual– mente está siendo extraído en las inmediaciones de Puerto Huasca, en razón a que más al sur las concentraciones ya no son comerciales. Las algas son muy abundantes, al igual que en todo el litoral chileno, pero actualmente sólo se explota la Gracilaria. Considerando lo expuesto, es posible concluir que esta zona ofrece grandes perspectivas para la explotación de especies pelágicas, cuya captura anual mínima puede alcanzar las 165.000 ton. La extracción de moluscos y crustáceos deberá ser racionalizada, siendo necesario for– mular nuevas y drásticas disposiciones regulatorias, acordes con la situación actual y cuya observancia pueda ser fácilmente controlada. Zona Central (Coquímbo-Golfo de Araueo) En los últimos 10 años la actividad pesquera zonal ha generado desem– barques de especies pelágicas, que en promedio alcanzan las 131.196 ton. anuales, los que podrían ser fácilmente duplicados. Actualmente sólo se explota intensivamente la sardina y la anchoveta de las bahías de Concepción y el Golfo de Arauco, estando aún intactos los recursos de aJ– tamar, como eljurel, agujilla, sierra y posiblemente la reineta. La comunidad bento-demersal está formada principalmente por la merluza, el congrio, los' langostinos amarillo y colorado zanahoria y el camarón nylon. En general, todas estas especies son explotadas intensi– vamente, no obstante en los últimos años, se ha ejercido una fuerte y con– tinúa presión sobre el langostino colorado y el camarón nylon, siendo necesario fijar cuotas anuales de pesca, que en el caso del primero no de– bería sobrepasar las 28.000 ton. y el segundo las 7.000 ton., a fin de evitar que tuvieran el mismo destino que el langostino amarillo, especie de gran importancia en los primeros tiempos de la pesquería. Para lograr este objetivo debe adoptarse como primera medida el mantenimiento del esfuerzo en su actual nivel en términos de tiempo efec– tivo de pesca. Por otra parte, las capturas de merluza no deberían sobre– pasar las 75.000 ton. anuales, que sumadas a las 10.000 estimadas para otras especies, totalizarían una disponibilidad de peces demersales del orden de las 85.000 ton/año. Otra alternativa la ofrecen las espe– ci~.~ que habitan el talud continental, entre las que se encuentran el baca– lao de profundidad, varios tipos de escualos, algunos crustáceos y nume– rosas especies cuyo aspecto no las hace apetecibles para la población consumidora. Los moluscos no ofrecen mejores perspectivas que las descritas para las zonas anteriores. Nue~~-mente especies como el loco, la macha, y el erizo, son el blanco predilecto de pescadores, a los cuales se suman los numerosos cultores de la caza submarina y mariscadores. 38

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=