El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica
EL MAR EN SEIS DIMENSIONES! p, Arana y O. Guzmán En cuanto a los mariscos en general (moluscos, crustáceos, equino– dermos y tunicados), la situación en las actuales zonas de explotación no presenta mayores perspectivas. Por el contrario, hay varias especies que muestran claros síntomas de sobreexplotación y que en el caso de los mitílidos y ostreidos de Chiloé y Aisén, su situación llegó casi a su total extinción. Si las actuales especies en explotación fueran' las únicas reservas pesqueras del país, entonces el panorama no sería alentador. No obs– tante, existen, como se verá, grandes perspectivas para el futuro a través de la racionalización de la explotación de las pesquerías tradicionales, la iniciación de faenas de pesca sobre los recursos potenciales y el desa~ rrollo de los cultivos marinos, todo lo cual repercutirá en el desarrollo socioeconómico nacional. Anteriormente se vio que la captura promedio de los últimos años alcanza alrededor de 1.100.000 toneladas, cifra que representa aproxi– madamente una captura promedio de 100 kilos por habitante. Sin embar– go, el actual consumo promedio de productos marinos por habitante es de alrededor de 17 kilos anuales, cifra que está muy por encima del prome– dio latinoamericano que tan sólo alcanza los 6,5 kilogramos por perso– na al año. Pero a pesar de esta aparente ventaja, estamos muy distantes aún del consumo deseable para la población chilena, calculado en alre– dedor de 16 kilos anuales por persona. Sólo un quinto del consumo de proteínas es aportado actualmente por el sector pesquero. Esta desproporción con las carnes rojas tiene como principal causa el destino que se le da actualmente a las capturas. Aproximadamente un 800/0 de los desembarques es destinado a la elabo– ración de harina que luego es exportada a los mercados internacionales y solamente un 15% es empleado internamente como alimento para consu– mo humano. Pese a ello, gran parte de esta última fracción no logra llegar a la mesa de los chilenos a causa de los daños producidos por mala mani– pulación y a la falta de técnicas adecuadas de conservación. Incluso, del producto que no sufre deterioro únicamente se aprovecha un 3°-5°% de su peso total, debido al desecho de partes no comestibles. Nuestra pobla– ción aumenta día a día y estos problemas aún buscan solución, sin em– bargo, el hambre no espera. A pesar de esta dificultad, es necesario recordar también que Chile se sitúa, si se considera el volumen desembarcado en los últimos años, como el segundo país de importancia pesquera en Latinoamérica, a la vez de ocupar un sitial entre las ¡ 5 naciones de mayor relevancia en el sec– tor pesquero mundial. Si se hace un examen de la realidad económica interna, el aporte de la producción pesquera al producto nacional bruto es de alrededor de 1,3'70, lo cual coloca a nuestro país entre los pocos del mundo en que este apor– te supera al 1%. Por otra parte, el sector pesquero está entre los 5 principa- 3°
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