El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica

Los RECl:RSOS RENOVAIlLES DE~ MAR CHILENO LAS PESQUERJAS CHILENAS: ESTADO ACTUAL Chile _es un país esencialmente marítimo, favorecido por un mar de gran riqueza potencial, en el cual se conjugan diversos factores que permiten la existencia de una flora y fauna característica de diferentes regiones marinas, tanto tropicales, templadas, como polares. Esto significa la presencia de una gran variedad de especies y en al– gunos casos de gran abundancia de recursos marinos cuya explotación es fuente de alimentación y trabajo para el país. El chileno que vive en el interior, al pie de los Andes, no está a más de 250 kilómetros de distancia de nuestro mar· patrimonial, equivalente a tres veces el territorio continental, enfrentándonos, además, a un océano que se extiende hasta los mares antárticos e Isla de Pascua. No obstante esta favorable ))situación geográfica«, por largo tiempb se le dio la espalda al océano. Sólo recientemente se ha despertado de ese prolongado letargo, descubriéndose que nuestro mar ofrece variados y abundantes recursos, especialmente aquellos que constituyen una fuente directa o indirecta de proteínas, para las siempre crecientes ne– cesidades de la población. Además, es posible aprovechar los recursos energéticos a través de la utilización de las propiedades físico-quími– cas de las aguas del océano y la posibilidad de iniciar la explotación de las riquezas minerales de los fondos marinos. La actividad pesquera puede remontarse en nuestro país hasta· la llegada de los primeros colonizadores españoles, quienes impusieron desde entonces su afición a los productos marinos. Sin embargo, sólo al término de la Segunda Guerra Mundial comenzaron a desarrollarse ver– daderamente las pesquerías chilenas, acusándose progresivos aumen– tos en los desembarques. No obstante, este desenvolvimiento se acelera vertiginosamente en– tre 1955 y 1965, alcanzándose en el año 1971 un desembarque total cer– cano al millón y medio de toneladas, siendo el promedio de los últimos diez años de un millón cien mil toneladas anuales. Entre los años 1945 y 1955 el aumento de las capturas fue uniforme y moderado, pero desde ese último año hasta 1965 se produce una verda~era explosión en los desem– barques al iniciarse, en el norte del país, la extracción comercial de la anchoveta. (Fig. 2). El impacto que provoca en las estadísticas de pesca la captura de este recurso enmascara la realidad sino se considera por separado los desem– barques de anchoveta, los de peces finos y los de mariscos. De esta manera, si bien en los 20 últimos años (1950-197°) se detecta un aumento gene– ral en las capturas del orden del 1.362%, las capturas están representadas en sus dos tercios (66,90/.) por desembarques de anchovetas, pesquería que tuvo un incremento de un 8.360% en los últimos quince años. Por su parte, las pesquerías de peces finos y de mariscos, que repre– sentan sólo un tercio de las capturas totales (33,1%), han mostrado un desa- 25

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=