El mar en seís dimensiones: científica, técnica, política, jurídica, histórica, estratégica
EL MAR EN SEIS DIMENSIONES I Rodrigo Díaz AJbónico poco recordado, como Santiago de Guevara, el privilegio de recorrer nuestras costas. Esto último sucedía diez años antes del viaje de Almagro. Federico Marull nos introduce después en varios importantes episo– dios que realzan el papel que ha desempeñado el mar en la Historia de Chile. Nos recuerda por ejemplo la irrupción de Francis Drake en el Pacífico, la que condujo al imperio español a intentar poblar el estrecho mediante la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa. El fracaso de esta última y el abandono por parte de España de la intención de colo– nizar el extremo austral de América permiten al autor calificar el perío– do siguiente, es decir al siglo XVII, como aquél de ))filibusteros y piratas... «. Los últimos aspectos del trabajo que presento se refieren a Chile ya independiente. Al respecto, resulta interesante recalcar que en el perío– do entre 1810 y 1848, dos grandes estadistas se distinguieron por su certera visión en cuanto al destino marítimo de nuestra patria, ellos son: O'Higgins y Portales. A ambos la historia les ha retribuido sus múlti– ples acciones en favor de nuestro mar. Referirse al trabajo del contralmirante Le May, ))EI Mar como fac– tor estratégico", resulta algo dificil para una persona que poco conoce de ciencias militares. El autor comprueba, sin embargo, que ))todas las naciones con litoral se ven afectadas e influidas en mayor o menor grado por lo que acontece en ese ámbito tan sensible de los oceános«. Continúa el señor Le May dando una definición de estrategia, analizando al in– terior de este concepto los instrumentos del poder naval. Esta introducción le permite al autor entregar al lector los elementos esenciales de toda estrategia marítima, la cual en su grado más complejo implica dominar el mar, ))command of the sea!!, )maitrisse du mer«. Para conseguir este objetivo es necesario configurar tres ele– mentos, a los cuales el señor Le May consagra gran parte de su estudio: el elemento transporte, el elemento fuerza y el elemento seguridad. El primero de estos elementos dice relación con las comunicaciones marítimas, que permitirán en tiempos de guerra la explotación econó– mica y militar del mar. En cambio, el elemento fuerza se refiere más bien a todo aquello que opera sobre, en o bajo el mar. La evolución es significa– tiva: el acorazado fue sustituido por el portaviones y éste por el submarino. Por último, el tercer elemento, la seguridad, no es más que el complemento del segundo, ya que se trata de la posición desde donde opera o se apoya el elemento fuerza. Termina el contralmirante Le May con un subtítulo interesante: )lEl dilema oceánico u . En él se explica porqué ciertos autores norteamerica– nos han rechazado la posición de Malta. La razón es bastante obvia: de un total de US$ 1.605 millones que de-'" dicaban en 1970 los Estados Unidos a la investigación del fondo del mar, más de la mitad fueron aportados,por el Ministerio de Defensa, sin incluir las remesas destinadas a investigaciones propiamente militares. 18
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