INTRODUCCION
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INTRODUCCION
El derrumbe político y económico del bloque de países consti–
tuido por aquéllos de Europa del Este y la Unión Soviética,
producido por la implosión de la URSS, ha permitido a los
Estados Unidos convertirse en la única superpotencia militar a
nivel mundial.
Este unipolarismo estratégico ha estimulado en los
Estados Unidos aquellas opciones que aspiran a constituir a este
país en el eje ordenador de la nueva etapa de post-guerra fría
que vive el sistema internacional, desempeñando funciones
policiales a nivel global. Esta situación ha dado origen a
diversas discusiones en los Estados Unidos, entre las cuales se
destaca, por una parte, la crítica a una extensión del poder
militar estadounidense por no contar con los recursos económi–
cos necesarios para ello. Por la otra, y ante la posibilidad que
estas funciones sean financiadas por países en mejor situación
económica, surgen las protestas contra una eventual mercenari–
zación de la fuerza militar de los Estados Unidos.
Igualmente, se ha criticado el hecho que la constitución
de un nuevo orden mundial en el que prime la solución pacífica
a las controversias, la solidaridad contra la agresión, la
reducción y control de los arsenales y el tratamiento justo a
todos los pueblos, estaría siendo contradicho por el énfasis
puesto en la proyección simple del poder militar estadounidense
para poner fin a conflictos o prevenir tensiones que pudieran
transformarse en confrontaciones abiertas. No obstante, para
otros, la guerra del Golfo Pérsico fue un ejemplo de la solidari–
dad contra la agresión, aun cuando no
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fue de una solución
pacífica de las controversias. Se ha criticado en los Estados
Unidos, y en otras latitudes, especialmente por parte de
dirigentes de la coalición Clinton, el haber agotado muy
tempranamente las negociaciones tendientes a una solución
pacífica de ese conflicto. Frente a esas críticas, el presidente
Bush ha respondido que la forma de establecer un nuevo orden
