Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile

Preámbulo Para nadie es unmisterio que la Universidad de Chile forma parte de la historia de nuestro país, y que sumás de centenaria existencia -fue creada en 1842- ha estado signada por los avatares de nuestra vida cultural, económica y política. Materia y memoria. Tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile es un testimonio de ese trayecto, en el cual nación y enseñanza se entrelazan para pro- ducir un abigarrado universo de significaciones que han quedado presas, impresas e inscritas en sus bienes tangibles, generando reverberaciones antiguas, pátinas y muescas. Sin embargo, la materia no es emblemática sin la memoria y sin el discurso que la relata, recreándola y haciéndola inteligible. En ese sentido, la selección de objetos, gestos e imágenes patrimoniales que presentamos persiguen esa idea de ser“testi- gos”, es decir, partícipes de unmomento, de una época que habla no solo de la vida institucional, sino de la nacional. Por eso, enten- demos que el pulso de los procesos republicanos -e incluso los anteriores a ellos, como los latidos de la vieja y colonial Universidad de San Felipe- pueden escucharse en lamateria-testimonio, así como los de diversos proyectos, ensayos y fracasos nacionales cuyos devenires se adosan a las letras de los documentos, a las figuras de acuarelas, grabados y litografías, a los relictos y restos antropo- lógicos, a los libros y documentos, a los edificios, o a la partitura de un docente músico que tuvo que dejar Chile ahuyentado por los malos vientos de la violencia militar o en búsqueda de nuevos horizontes. Cada patrimonio es en sí un modular de múltiples histo- rias que conectan, como en un río atiborrado de afluentes, a nuestra Universidad con el tráfago interno y con los espejos externos, con“la época”, como diría Pablo de Rokha. Este libro, como todos, ha nacido de la confluencia demúltiples circunstancias. Lamás prístina de ellas se ancla en nuestro trabajo en el Archivo Central Andrés Bello -núcleo patrimonial de la Universidad de Chile- y en la posibilidad que nos dio de maravi- llarnos con los tesoros que alberga, muchos de ellos desconocidos para los propios miembros de nuestra institución. En una suerte de labor arqueológica fuimos levantando trozos, develando secretos, corriendo los “tupidos velos” con que algunas colecciones se embozaban, aquejadas de olvido o simplemente custodiadas (“guardadas”) porque la tradición lo exigía, sinmayores preguntas por su proyección en tanto bienes culturales. La puesta en valor de unamultiplicidad de acervos (fotográficos, bibliográficos, artísticos, documentales, entre otros) y la consecuente declaración de algunos como Monumentos Históricos Nacionales por el Consejo de Monumentos Nacionales el año 2009, actuó como seña indicial para interrogarnos por otros patrimonios institucionales y su nece- saria valoración. Es así como logramos conjuntar, en la Red Patrimonial de la Universidad de Chile, a todas las unidades, académicos y aca- démicas preocupados por preservar y cuidar el patrimonio acumulado por la universidad: desde los museos a las bibliotecas; desde las materialidades del cine a los vestigios arqueológicos; desde los registros sonoros a los del color y la forma. Ese impulso colectivo nos hizo concebir la idea de mostrar, difundir y colocar en la escena pública la enorme y plural riqueza que nuestra Casa de Estudios posee. Dentro del contexto global, que releva el cuidado de las herencias tangibles e intangibles -como lo promulga la UNESCO- este proyecto de hacer visible una genealogía de bienes, que parte con la propia figura de Andrés Bello y se prolonga en el tiempo, se tornó necesidad y deseo. Por otro lado, las presiones del modelo mercantil de educación y su acecho a lo público, el descuido en el trato del Estado a las universidades que le pertenecen, otorgaron otra tesitura al desarrollo de este proyecto. La simple mirada hacia los modos en que los patrimonios de la Universidad de Chile se constituyeron como tales, pone de manifiesto su insoslayable ligazón con las políticas republicanas y su vínculo estrecho con los destinos nacionales. En el hoy signado por la proliferación de va- riadas universidades privadas y de una visión neoliberal y postmoderna que procura fragmentar y privatizar las diversas expresiones de lo educativo, ese sello de las universidades estatales es obliterado al interior de un conjunto de“ofertas” que parecen querer seña- lar que todas las instituciones de educación superior son iguales. Sin embargo, esa pretensión se derrumba precisamente cuando colocamos el tiempo y su imborrable voz en las materias y memorias que nos sobreviven, pero sobre todo cuando el pertenecer a una historia de ideas y prácticas produce una tradición, una comunidad y un horizonte que se teje junto al Estado en una línea con- tinua, en un proceso incesante de deudas y reciprocidades. Materia y memoria fue concebido al alero de esos subtextos, sinmelancolía -en el sentido de tristeza vaga por algo-, sin nos- talgia -la tristeza por una dicha perdida- y sin el prurito del “productivismo archivístico” contemporáneo, como lo denomina Pierre Nora, sino más bien animado por la curiosidad antropológica e histórica de quien forma parte de una comunidad y lee desde el presente los registros de sumemoria, haciendo que ella hable en el cruce de lo colectivo y lo individual. Sin duda, la acuciante contin- gencia, el contexto actual de la vida universitaria chilena, fue horizonte insoslayable para el modo de leer los indicios patrimoniales, pero sobre todo la conciencia de su desconocimiento desde el interior de la propia universidad al dejar su recuerdo solo como labor de los archivos, museos o bibliotecas institucionales. En esa perspectiva este libro entiende el rememorar en tanto acción crítica sobre el presente intra y extra universitario. La indagación que hizo posible la concreción de este libro se inició trazando una cartografía del emplazamiento actual de las Facultades y otros edificios emblemáticos en la ciudad de Santiago, partiendo desde la Casa Central. El mapa urbano nosmostró así una serie de circuitos que se dibujan desde las comunas del centro de la ciudad, hasta las más periféricas, de oriente a poniente, de norte a sur, dando cuenta de la imbricación de nuestra Universidad en los barrios de la capital, como una suerte de ríos o ínsulas 6

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