Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile

La alfarería de Quinchamalí proviene de un pequeño poblado del mismo nombre distante 35 kilómetros al sur-oeste de la ciudad de Chillán, Fue un antiguo pue- blomapuche ( nchamalí ) que tomó su nombre de la plan- ta llamada Qunichamalí, “niñas unidas”. Las artistas de la greda negra, como Práxedes Caro, realizan figuras ornamentales diferentes de las piezas propiamente utilitarias como ollas y platos. En la alcancía con for- ma de una pareja a caballo, se retoma en ese pueblo mestizo-mapuche la importancia de este animal en la vida campesina, asociada a lo masculino. Aunque en este caso, hombre y mujer reunidos en la grupa del ca- ballo remiten a las imágenes de parejas que llamaron la atención de los pintores viajeros por Chile en el siglo XIX. Práxedes Caro fue una de las grandes ceramistas de caballos. Su apellido materno era Antibueno (de antú- wenu , sol del cielo). En esta figura y en su nombre honra a las mujeres campesinas, activas, emprendedoras y prácticas,“llevadas” de sus ideas y del amor. La alcancía siempre está asociada a la abundancia y la fertilidad, el cerdo alcancía, el pavo alcancía y el caballo alcancía, todos animales con una connotación simbólica clave para la reproducción de la alimentación campesina. El trabajo ceramista en Quinchamalí es de las mujeres, produciéndose una identidad poderosa entre levantar la greda y el“arte” de reproducir. Muchas de estas muje- res firmaban sus obras, produciendo una ruptura con la idea de lo“anónimo” adscrito a lo artesanal (5) . La apropiación de las técnicas es una constante en el arte popular. En las figuras de Talagante (del quechua talacanta, lazo hechicero) antiguo pueblo de indios en la región metropolitana de Santiago, las mujeres hicie- ron suya la cerámica policromada perfumada enseñada por las monjas clarisas. Esta pieza plasma en el imagi- nario popular la figura de la costurera, reconociendo la importancia de un oficio que desde fines del siglo XIX les ayudó a obtener ingresos. La máquina de coser y su tecnología poderosa es más grande que la mujer, con- notando su poder y su prodigio; sin embargo el perro -expresión de la mansedumbre y domesticación- de- vuelven a la mujer a su lugar, dentro de los marcos de una especie de tapete perfectamente cuadriculado (6) . La pintura en latón tiene variadas expresiones en Amé- rica Latina, todas ellas de fines del siglo XIX y principios del XX. En México, en particular, ha sido el material pri- vilegiado de los exvotos en que imagen y texto dan for- ma a los agradecimientos por los favores concedidos. La economía de los materiales permitió la populariza- ción del género, que a diferencia de otras expresiones artísticas, no tiene escuelas ni talleres reconocidos. La plata -evidentemente más cara- fue reemplazada por 5. Nº 0579 Pareja a caballo (Alcancía) Práxedes Caro, Quinchamalí Arcilla modelada, decoración incisa y pigmento 22,6 x 22,3 x 12,4 cm. 6. Nº 01276 Mujer cosiendo Sara Gutiérrez, Chile. 7. Nº 4973 “La caza de la ballena” Víctor Inostroza “El Marinero”, Chile Esmalte sobre latón 38 x 47,5 cm. 8. Nº 4976 “Doña Bartola” Víctor Inostroza “El Marinero”, Chile Esmalte sobre latón 47 x 64,5 cm. 256

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