Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile
firma de Clemens Riefler (1820-1876) uno de los más ce- lebres y reconocidos relojeros alemanes, cuyo sistema se transformó en uno de los reguladores astronómicos más utilizados para controlar posibles alteraciones en el periodo de oscilación de los péndulos, y por ende, de alteraciones en la exactitud de la hora (5, 6) . Gran parte del patrimonio de instrumentos para “ver” las estrellas del siglo XIX se produjo al interior de un pensamiento que aceptaba que el Universo era inmó- vil o que había sido creado en un tiempo pasado finito. Aunque las mediciones de Galileo Galilei (1564-1642) y las leyes del movimiento de Isaac Newton (1643-1727) introdujeron en la historia de las ideas las preguntas respecto de las posiciones de los sucesos y la distancia entre ellos -como ausencia de una posición absoluta (recordemos por qué Gillis debía tomar medidas des- 5. Tres relojes fijos permitían controlar los desfases horarios, dato fundamen- tal para los cálculos astronómicos. El del centro data de 1856, el segundo -de 1912- es un reloj al vacío, y el tercero de 1908. Todos son “Riefler”, la más famosa de las casas fabricantes de relojes astronómicos de alta precisión. Colección de instrumentos antiguos, OAN. de dos puntos) y por tanto de un tiempo absoluto- el propio Newton no estaba dispuesto a aceptarlo (7) . En 1905, un desconocido empleado de la oficina de paten- tes en Suiza -Albert Einstein- publicó un artículo en el que señaló que el problema del atraso de los relojes se resolvía si se dejaba de pensar que la luz viajaba a través del“éter” -como se sostenía desde la teoría de Newton-, es decir, que nos dispusiéramos a pensar que no había tiempo absoluto. 190
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