Materia y memoria: tesoros patrimoniales de la Universidad de Chile

El corazón de la Casa es el Salón de Honor (3, 4) , un espacio de doble altura rodeado de columnas de orden jónico en el pri- mer nivel y corintio en el segundo, de estilo neoclásico fran- cés, que organiza las circulaciones interiores que lo rodean comunicándose en el primer nivel con los patios Domeyko y Andrés Bello. Está destinado a las actividades más impor- tantes de la vida universitaria. Nuestra Casa se fue alhajando con símbolos propios. El Salón de Honor resguarda el escudo de la Universidad (5, 6) , obra del conocido escultor Nicanor Plaza. Los patios, que presentan en sus caras vanos semicirculares, están coronados por fron- tones triangulares que otrora estaban descubiertos y pavi- mentados con piedra de huevillo, noble material que interve- nía su espíritu francés con el color local de las casas y calles del Santiago tradicional. También definen su carácter los muros de albañilería (de 90 centímetros a 1 metro de grosor) unidos con mortero de cal, el envigado de madera en entrepisos y ti- jerales, y la original cubierta de tejas de arcilla -que fue reem- plazada por monteras metálicas para soportar las cubiertas de vidrio que se instalaron con motivo de la celebración de un importante congreso científico en 1907. 3. El Salón de Honor es el eje principal de la composición del edificio. Posee un largo devenir de rituales universitarios: discur- sos, graduaciones, conferencias, protestas. Las zonas de asientos ciegos, que se orientan al centro del salón, son huellas de su dis- posición original, un pequeño Congreso para autoridades y aca- démicos. En 1908 se dispusieron hacia el estrado central como teatro. En 1929 se rebajó la altura interior de la cúpula con una gran estructura de madera de la cual se colgó el cielo falso del recinto. Se dice que allí quedaron ocultos los restos de una decoración de ras- gos barrocos, con predominancia de tonos azules y dorados.

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