Perspectivas del derecho internacional contemporáneo: experiencias y visión de América Latina: volumen 2: la solución pacífica de controversias

LA SOLUCIÓN PAciFICA DE CONTROVERSIASj f. Orrego,y.]. Irigoin , ' (iii) Buenos oficios. Tampoco este procedimiento ha sido for– malmente invocado, no obstante lo eual ha sido con frecuencia utílizado en el hecho, particularmente en el seno de los organismos, . internacionales. Prácticamente la totalidad de las controversias planteadas en ALAL.C, por ejemplo, han sido resueltas con algún grado de intervención de los buenos oficios en las instancias polí– ticas de esa Asociación, lo que normqlmente toma la forma de una solución transaccional sugerida por uno o varios terceros. Esta situación, como la señalada en el punto anterior, en que los procedimientos no se invocan formalmente, pero se recurre a ellos en el ámbito de los organismos internacionales. se debe al grado creciente de institucionalización de las relaciones internacio– nales en sus variados planos. A la vez, es probable que esta prác– tica deba analizarse en relación a los procedimientos especiales utilizados por los organismos internacionalés en el plano de la: so– lución de controversias, punto sobre el que se volverá más ade~ lante. (iv) Mediación. Quizás la mayor sorpresa de la práctica lati– noamericana durante los diez últimos años, ha sido la del inespe– rado resurgimiento de la mediación como procedimiento para la solúción pacífica de controversias. Este pro~edimiento parecía ha– ber quedado en cierto modo relegado, al igual que la conciliación o los buenos oficios, ninguno de los cuales se invocaba en Améri– ca Latina desde hacía m.ucho tiempo. Pero ha sido precisamente la búsqueda de la flexibilidad que caracteriza la práctica latinoame– ricana, la que ha llevado al resurgimiento de los procedimientos clásicos. El primer caso de interés en este plano fue el de la mediación qlle condujeron los cancilleres de Costa Rica, Guatemala y Nica– ragua en relación al conflicto entre El Salvador y Honduras, en las s~manas inmediatamente anteriores al estallido de la guerra en 1969: Si bien esta mediación ya fue tardía, contó con el curioso mecanismo de una "asistencia técnica" proporcionada por la OEA, organismo que hasta ese momento no se encontraba formalmente involucrado. ' El segundo, caso de importancia ha sido el de la mediación en– comendada por El Salvador y Honduras al distinguido jurista pe– ruano José Luis Bustamante y Rivero, cuyas recomendaciones han sido recientemente entregadas .con todo éxito .a las partes. Si bien no se resolvió la controversia de fondo, consistente en la delimita– ción fronteriza, se ha encausado el problema ,dentro de un esque– ma que prevé todas las garantías de paz, convivencia y recurso a procedimientos alternativos. El más significativo. de los casos de la práctica latinoamericana ha sido sin iugar a dudas el de la mediación encomendada por los gobiernos dé ChiÍe y Argéntina a Su Santidad Juan Pablo II, me– diante los acuerdos suscritos en Montevideo el 8 de enero de 1979. respecto de la controversia existente en la región austral. Además 100:

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