Una cancillería para el próximo milenio: proposiciones sobre política exterior chilena de los candidatos a la presidencia de Chile

IV. UNA CANCILLERIA PARA EL PROXIMO MILENIO Sr. Gonzalo García-Huidobro Coordinador de la Comisión de Relaciones Exteriores del Partido Humanista de la candidatura de Tomás Hirsch Goldschmidt. Nosotros los humanistas -humanistas de todas las procedencias- que sostenemos al ser humano como valor y preocupación central de la sociedad y que rechazamos al dinero, al mercado, así como al Estado, la patria o la revolución como ejes y parámetros de la sociedad, seremos Gobierno en este país dentro de seis o quizá doce años a lo sumo. Y esto que afirmo será así, no por las virtudes o defectos de quiénes nos orientamos hoy por el humanismo, sino porque el proceso humano' apunta en esta dirección. Con esto quiero decir que hoy no tenemos ninguna urgencia de exponer una política de relaciones exteriores acabada, sino que preferimos referimos y llamar la atención, llamar a una reflexión sobre algunos temas que nos parecen de importancia. En lo fundamental, llamar la atención sobre el agotamiento del paradigma social, según el cual el dinero es señor, patrón y medida de toda acción y toda política. El fracaso y caída inminente de este paradigma nos lleva a la urgencia de reflexionar sobre los cambios que ya se nos imponen, particularmente, reflexionar sobre el para qué de nuestras relaciones exteriores, sobre la cuestión ética y sobre el sentir y forma de la función diplomática en este mundo que ya cambió y que seguirá haciéndolo. ¿Para qué establecemos relaciones con otros países? Esto que parece como una cuestión obvia no lo es tanto cuando, día a día observamos los esfuerzos de nuestras autoridades por establecer convenios con Estados Unidos o el NAFTA, con la Unión Europea, con los países del Asía Pacífico y los esfuerzos que se hacen por vender una buena imagen de Chile, ¿ para qué?, ¿Ante quiénes? La llamada "imagen país" parece ser un " life motive" importante sobre todo a la hora de buscar inversionistas, lo cual estaria muy bien si fuesen inversione1S productivas de largo plazo, que generan valor agregado, que tributen adecuadamente en Chile y quetransperan tecnologías a través de convenios con nuestras universidades. Stn duda, este tipo de inversión extranjera es muy deseable en Chile, pero ninguna de estas condiciones se cumple. Por el contrario, la preocupación parece estar orientada a buscar inversionistas para que se adueñen de nuestras empresas, de 41

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