Una cancillería para el próximo milenio: proposiciones sobre política exterior chilena de los candidatos a la presidencia de Chile

Sin embargo. la soberanía de los estados no son afectadas sólo en el plano económico social. inevitablemente esta política de sometimiento se continua con la amenaza del uso de la fuerza y el uso de ella sin más al margen de toda norma internacional. Para hablar sólo de los últimos hechos, mencionemos los salvajes ataques aéreos a Yugoslavia decididos por la OTAN en los marcos de una nueva doctrina que extiende unilateralmente sus acciones a cualquier lugar del mundo. Sus pretendidos derechos más allá· de los países que la conforman. tales acciones están destinadas en definitiva a eliminar toda resistencia y a la .imposición de un nuevo orden internacional basado en los intereses estrechos de las transnacionales de los Estados Unidos y sus aliados. Lo que parecía un logro irreversible de la humanidad hasta hace algunos años. esto es la proscripción de la amenaza o el uso de las fuerzas en relaciones internacionales, es hoy sobrepasado en este llamado nueva orden internacional. Nuestra posición es que las Naciones Unidas son el único órgano legitimo para decidir el uso de la fuerza. Para ejercer ese derecho extremo es. todavia indispensable que se modifique profundamente en un sentido democrático el organismo de Naciones Unidas, yeso vale en particular para el Consejo de Seguridad donde debe elevarse la presencia de las diversas regiones del mundo, y eliminarse el derecho de veto. La defensa de la soberanía nacional en nuestro proyecto no significa, por cierto, un ciego aislamiento, ni una absurda e impracticable autarquía. Significa sí, que asumimos que la mundialización no es sometimiento, ni negación de los valores de la diversidad nacional. La diversidad representa una inmensa riqueza de la humanidad en su conjunto que no se puede, ni se debe perder. Significa, también que la interdependencia debe desarrollarse sobre la base de la solidaridad entre los pueblos y los seres humanos y no del lucro financiero, y asumiendo con clara consciencia la realidad de las profundas desigualdades hoy existentes, fruto de Siglos de dominación y exacción. Por ello, nuestra propuesta considera que América Latina y el Caribe sean una preocupación privilegiada de nuestra política internacional para avanzar a una integración económica y social que nos permita pesar efectivamente en los asuntos mundiales. Chile sólo será poco, Chile en los marcos de América Latina y el Caribe podrá hablar con voz tonante. Propiciamos la integración plena al Mercosur y trabajar para convertirlo en un órgano representativo de los pueblos, y no sólo de gobiernos y ·empresarios. Por ello mismo, rechazamos la incorporación al Naftq., así como la perspectiva del ALCA por su inevitable efecto de subordinación de nuestros países a un centro imperial. Nuestra propuesta significa también que los estados nacionales se obligan internacionalmente en todo aquello

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