Una cancillería para el próximo milenio: proposiciones sobre política exterior chilena de los candidatos a la presidencia de Chile

Debe acceder a un sistema de calificaciones justo, objetivo y transparente y su carrera debe culminar con el grado de Embajador. En términos económicos sabemos de las bajas remuneraciones en Chile y de la falta de asignaciones de escolaridad y vivienda en lugares en los cuales el acceso a ellas significa )in alto costo. Ello debe corregirse para darle estabilidad y estímulo a quienes se desempeñan en esta profesión. Fui Embajador en un gran país y llegué a él sin ninguna preparación para la labor diplomática. Canadá no tiene conflictos de ninguna especie con Chile y las relaciones entre ambos son casi exclusivamente comerciales. Sin embargo internamente Canadá sí los tiene y el tema separatista es de alta sensibilidad. No habría sido posible desempeñarse como Embajador sin la lealtad, colaboración y el consejo oportuno de los funcionarios diplomáticos que me acompañaron ese periodo. Del mismo modo en los últimos años he podido apreciar personalmente el trabajo cultural de la diplomacia chilena en Uruguay y Colombia, dotado con el apoyo de la misión, la agregaduria cultural realizó ingentes esfuerzos para dar a conocer el arte, la literatura y la identidad nacional en esos países. Por ahí por el siglo XVII se llamaba diplomáticos a los eruditos especialistas en distinguir documentos verdaderos de documentos falsos y no a quienes se ocupaban de las relaciones internacionales. A pesar de ello, el concepto acuñado en el pasado corresponde de alguna manera con la labor del diplomático como hoy la conocemos. Aunque ya no debe ser capaz de distinguir documentes verdaderos de otros falsos. Son otras verdades, otras falsedades y otras simulaciones las que debe descubrir y divulgar, no sólo fuera sino también dentro de su país y así como sus homónimos de tres siglos atrás tienen que tener la voluntad de hacerlo, sean cuales sean las consecuencias de ello. 33

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=