Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos
Heraldo MIII]oz ¡Los ESTUI)IOS INTERNACIONALES EN AMI;RICA '-ATINA- I'ROI!! I"" intercambio de experiencias y planes entre los distintos centros 'de estudios internacionales latinoamericanos. 2) Obstáculos Económicos Uno de los principales obstáculos al desarrollo de los estudios internacio– nales en América Latina -y muy vinculado al anterior-es la carencia de su– ficientes recursos económicos. A diferencia de lo que sucede en los países desarrollados, los gobiernos de la región exhiben escaso interés en financiar investigaciones en relaciones internacionales, y las fundaciones privadas de importancia son pocas. Como consecuencia, muchos de los centros de estudios internacionales deben recurrir a fuentes extrarregionales de fi– nanciamiento donde la competencia por recursos limitados es enorme. La percepción por parte de algunos sectores de que los estudios interna– cionales constituyen un campo académico ambivalente y poco definido perjudica los esfuerzos de los especialistas por obtener fondos, y fortaiece la posición de instituciones dedicadas al análisis de temas restringidos, dentro de disciplinas unívocas, y con mayores proyecciones "prácticas". La falta de profesionales rigurosamente preparados contribuye al es– tancamiento del campo en la región. Buena parte de los internacionalistas latinoamericanos se ha formado en centros de postgrado en EE.UU . o Euro– pa; pero, dadas las limitaciones de los estudios internacionales en América Latina, muchos de ellos terminan radicándose en los países desarrollados donde cuentan con infraestructuras adecuadas, salarios atractivos, y amo plio reconocimiento intelectual a su especialidad. Los esfuerzos por formar especialistas latinoamericanos de alto nivel se enfrentan, nuevamente, con el problema económico. La mayoría de los alumnos en programas de postgrado intralatinoamericanos no puede dedi– carse tiempo completo al estudio debido a obligaciones económicas perso– nales. La carencia de becas de mantención y matrícula impide alterar dicha situación. Asimismo, la escasez de fondos para la investigación permite contratar sólo un número muy reducido de alumnos como ayudantes. A esto se agrega los déficit de infraestructura, especialmente en lo que respecta a publicaciones extranjeras, y la estrechez del mercado de trabajo. Los académicos, por su parte, también experimentan serios problemas económicos. Gran parte del tiempo de los docentes e investigadores se consu– me en la búsqueda de remuneraciones que les permita una dedicación exclusiva al quehacer intelectual. A menudo esta búsqueda se traduce en "luchas" constantes con las burocracias universitarias, o en actividades académicas o paraacadémicas desvinculadas del trabajo principal del es· pecialista. Esto se agrava por la inexistencia de un reconocimiento sólido 89
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