Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos
GIISla1/f) Lagos I TENDENCIAS y PERSPECTIVAS DEI. ESTUOJO DE I.AS REI.AClONES .. Unidos. Es la controversia entre "realistas del poder" y "humanistas planetarios". Ninguna de estas controversias podría entenderse sin referirse. al contexto en que ellas se desarrollan y que está constituido por la crisis generalizada del sistema internacional, y -la crisis interna que ha sufrido Estados Unidos bajo el triple impacto de Vietnam, Water– gate y del affaire de la CIA. El debate entre "tradicionalistas" y "científicos" constituye un cuestionamiento de los primeros a los métodos de la escuela conduc– tualista, expresados en siete proposiciones críticas enunciadas por Hedley Bull en su polémico articulo "International theory. The case for a cIassical approach" publicado por World Politics en 1966. La acusación principal de los "tradicionalistas" es que, al circunscribir sus estudios a 10 que puede ser probado lógica o matemáticamente o verificado de acuerdo con procedimientos estrictos, los que practican el "método científico" se están negando a sí mismos los únicos ins– trumentos actualmente disponibles para desentrañar la materia en estudio. Al abstenerse del empleo del enfoque intuitivo o de la "sabi– duría literaria" (filosofía, historia iy derecho) los "científicos" se condenan a una especie de puritanismo intelectual que los mantiene alejados de la substancia de la política internacional. Cuando ocasio– nalmente arrojan luz sobre dicha substancia, es porque realmente han empleado el método clásico o tradicional; en cambio, el empleo del "método científico" sólo los lleva a tratar tópicos periféricos a la disciplina, los cuales en algunos casos se ven distorsionados o empo– brecidos por el fetiche de la medición cuantitativa. De esta manera los "científicos" han menoscabado la teoría al concebirla como la construcción y manipulación de los llamados "modelos". El rigor y la precisión que requiere la teoría de la política internacional puede ser alcanzado por los métodps clásicos. Así lo prueban las obras de académicos como E. Carr, Hans Morgenthau, Georg Schwarzenberger, Raymond Aron, etc. En cambio, los que practican el "método cientí– fico", al separarse de las corrientes de la historia y la filosofía, se privan de los medios que les permitirían ejercer su propia autocrí– tica y, en consecuencia, tienen de'las Relaciones Internacionales, una visión que es aventurada y estrecha ll . Intimamente vinculado con este debate se encuentra lo que David Easton denomina la Nueva Revolución de la Ciencia Política, que UDavid Easton, "The New Revolution in Political Science" en The American Polítical Science Review, Vol. LXIII, December 1969, N94. 65
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