Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos
Los ESTUDIOS INTERNACIONALES EN AMÉRICA LATINA y afirmaciones de conexiones de causalidad o de leyes generales, y no transmiten un sentido de tiempo y de cambio. En tercer lugar el estudio histórico es pedagógicamente indispen– sable porque la literatura histórica sobre Relaciones Internacionales constituye una educación en sí misma, cosa que no ocurre con la literatura teórica. La historia internacional proporciona los funda– mentos necesarios a los estudios universitarios de las Relaciones Internacionales y los elementos esenciales para los programas de estudiantes no graduados. Las vías teóricas sólo pueden ser un suplemento de los estudios históricos donde, como ha sucedido en varias universidades americanas, han constituido un sustituto, y se han enseñado los elementos de la especulación teórica, los sistemas internacionales teóricos y una simulación de análisis en lugar de la exposición histórica del tema, con resultados descorazonadores para quienes se preocupan por la educación. En cuarto lugar, el estudio histórico es el co~pañero inseparable del estudio teórico, no sólo porque proporciona los casos en que las generalizaciones empíricas deben ser probadas, sino porque la propia teoría tiene una historia, y la comprensión de la posición teórica histórica es esencial tanto para censurar como para realizar el propio juicio crítico. El desprecio por el trabajo puramente histórico que frecuentemente se manifiesta entre los estudiantes teóricos de Rela– ciones Internacionales, deriva del falso concepto de que la historia es una simple compilación de "datos" o "informaciones", en contraste con la tarea mucho más compleja inherente a la política científica del "procesamiento" de datos. El trabajo teórico, que a semejanza de muchos estudios comparados actualmente en boga sobre sistemas internacionales, alianzas o "protección a la comunidad", incluye el estudio de los resultados de la investigación histórica, además del procesamiento de muchos datos, provoca en ellos violenta oposición. Cualquier estudio histórico, aun el exclusivamente narrativo, tiene su propia estructura intelectual, hipótesis y argumentación, y la acu– mulación de conclusiones de dos o más estudios históricos no cons– tituye una mera reunión de "datos" sino que revela la estructura in– telectual de cada estudio y proporciona la posibilidad de combinarlos.' Pero debe rechazarse el criterio de que las Relaciones Interna– cionales pueden o deben ser estudiadas sólo desde el punto de vista histórico (o lo que viene a ser lo mismo, que las Relaciones Inter– nacionales s610 difieren de la Historia Internacional como la historia contemporánea del pasado lejano). Nadie afirmaría que la economía política no se distingue de la historia económica, la sociología de la historia de la sociedad o la criminología de la historia del crimen. El hecho es que las exposiciones teóricas sobre Relaciones Internaciona– les han sido siempre hechas, explícita o implícitamente, por histo- 40
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