Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos

A/h<rto S'{!tí/¡"da I PROHLEMAS PARA El. IH'SARROIJ.O llL LOS EST1:I)IOS SO!lR!' Sólo en J 929 Lima y Santiago zanjaron sus diferencias y establecieron una frontera mutuamente aceptable. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial la actividad internacional comienza a sufrir un proceso de incremento. Surgen las Naciones Unidas, y la Organización de Estados Americanos; Chile entra a formar parte del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y firma un pacto de Ayuda Mutua con Estados Unidos. Durante la década de 1960 la integración latinoamericana adquiere dina– mismo. Nace el Grupo Subregionltl Andino, y la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) facilitó el tráfico de bienes industriales entre los países de la región. El resurgimiento europeo y japonés implicó la creación de nuevas corrientes de intercambio comercial y cultural. Por último, la descolo– nización acarreó la necesidad de contactos más estrechos entre Chile y los nuevos Estados afro-asiáticos. En la década del 70 la existencia de un mundo cada vez más integrado aparece con claridad mayor. Las conferencias internacionales se suceden, se crean organismos y surge una avalancha de países a la vida independiente. Por último, Chile, a contar de la década del 60, se convierte en un laboratorio de modelos de cambio social y de desarrollo atrayendo, en forma reiterada la atención mundial. En forma cada vez más frecuente el país es usado como un "modelo" para diversas ideologías y como tal el acontecer nacional repercute en la actividad política interna en distintas naciones. Ello hace que el "problema chileno" se haya convertido en un factor de polémica entre diversas corrientes ideológicas en Estados Unidos, Europa y América Latina. Como consecuencia de su súbita popularidad el país se ha encontrado, desde hace una década, amagado en su actividad exterior por el apasionamien– to de aquellos que quieren sacar beneficios domésticos, en otros lugares, de la "experiencia chilena". Los bruscos cambios de rol de Chile en la Comunidad Internacional han excedido las actuales disponibilidades de personal calificado, centros de investigación y de instituciones docentes, en materia de relaciones internacio– nales, existentes en el país. Por otrá parte, la tradición diplomática nacional es escasa. De hecho, los mayores éxitos los han obtenido por las armas yno por la paciente actividad diplomática. Ello generó, por mucho tiempo, el temor a todo tipo de negociación en la creencia de que nuestros delegados no tendrían la habilidad suficiente. En este sentido, por ejemplo, se hacía contrastar la diferente suerte seguida por Chile frente a la Patagonia y los desiertos del Norte. Mientras en un caso se generó la sensación de haber "perdido" un territorio frente a la 161

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