Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos

Los ESTUDIOS INTERNACIONALES EN AMÉRICA LATINA continúa siendo válido en cuanto a preferir las fuentes de financiamiento universitario, privado o en general no gubernamental, y que cuando lo gubernamental sea indispensable ello pueda hacerse a través de mecanismos, proyectos o condiciones que aseguren la necesaria independencia y no interferencia. Quizás deba agregarse que similar cautela es necesario utilizar frente a fuentes de financiamiento externo, cuya imparcialidad ha demostra– do ser muchas veces dúdosa. No cabe duda de que cada institución sabrá apreciar mejor que nadie las necesidades de la prudencia en este plano, en función de su propia experiencia y de las tradiciones prevalecientes en cada país. Sin embargo. en un momento en que comienzan a multiplicarse en América Latina los centros de estudios internacionales, quizás sea útil que sus organizadores se detengan un momento a pensar en el consejo de Toynbee, que a lo largo de los años puede contribuir mucho a consolidar su propio prestigio institucional. El segundo aspecto a que se refiere el ilustre historiador inglés es también de una importancia decisiva. Con excesiva frecuencia se ha visto el caso de instituciones académicas que emiten opiniones o formulan pronunciamientos de carácter institucional acerca de diversos problemas, la mayoría de las veces de carácter político contingente. También con frecuencia los sectores interesados en obtener apoyo para un determinado planteamiento buscan este tipo de opinión institucional. En el caso de los estudios internacionales la situación es todavía más delicada por 10 mismo que se trata de temas que en general son de una alta sensibilidad política. El consejo de Toynbee, que se inspira en la tradición académica anglosajona, es de que una institución académica no debe tener como tal una posición propia ni adoptar pronunciamientos institucionales (corporate policy), pues ello inevitablemente se traduce en una pugna, porque esa opinión se emita en un sentido o en otro, esto es, se transforma en un problema político. Todas las opiniones y puntos de vista deben ser bienvenidos en el seno de una institución académica y cada uno de sus miembros tiene el derecho a opinar según su propio convencimiento, pero la institución misma debe mantener en todo momento la más estricta imparcialidad. Ello también es una garantía de independencia y quizás la única manera de preservar el necesario pluralismo. En América Latina ha prevalecido muchas veces la tradición contraria, en que centros de estudios, facultades y otras instituciones declaran, opinan, manifiestan, advierten y se pronuncian de diversas formas en favor de esto o en contra de aquello. Cuando se trata de problemas internacionales que afectan a un determinado país, se recurre con frecuencia a esta manera de agitar o movilizar ala opinión pública. Por ello es importante que los centros de estudios internacionales sigan el consejo sabio de Toynbee, que no' sólo redundará en salvaguardar su propio prestigio sino también en asegurar que el 16

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