Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos
Fran<ÍJw Orrel!" { DESARROU.o IlE!.OS ESTUIlIOS INTERNACIONALES EN AMt~ICA l.ATINA de estudios internacionales, o al menos del inicio de una tradición sólida en este sentido, que inspirándose en modelos desarrollados en otros ámbitos ha sabido adaptarlos a las realidades y características específicas de la región. En la medida en que América Latina progrese en la búsqueda de su propia identidad, la necesidad de definiciones internacionales se hará patente y ellas deberán fundamentarse en percepciones intelectuales que sólo pueden fructificar si acaso llevan el sello inconfundible de la autenticidad regional. Ningún modelo externo o exógeno puede cumplir adecuadamente esta función, pues a la vez ellos son el producto de necesidades nacionales o regionales diferentes. La importancia del problema podría ilustrarse con abundantes ejemplos, pero ello llevaría a apartarse de los propósitos introductorios de estas consideraciones. En su conferencia inaugural ya mencionada, Arnold Toynbee se refería a otros dos problemas cruciales que inciden en la necesaria independencia con que deben conducirse los estudios internacionales: los aspectos financieros y los pronunciamientos institucionales. No obstante, que él explicaba a este respecto la experiencia del Royal Institute of International Affairs y del Council on Foreign Relations, sus observaciones son perfectamente válidas para las instituciones latinoamericanas y de una actualidad que es cada día mayor. Las necesidades financieras de los centros de estudios internacionales son normalmente altas debido a la naturaleza misma de los programas de enseñanza, investigación, publicaciones, intercambio acadénúco y otros que son indispensables para asegurar un adecuado nivel de competencia. Los recursos son por cierto escasos en América Latina, sobre todo tratándose de disciplinas o enfoques nuevos y, por consiguiente, muchas veces de difícil comprensión para quienes deben asignar esos recursos. Es aquí donde surge la tentación del financiamiento gubernamental y el problema de que advierte Toynbee. La independencia que exigen los estudios internacionales, sobre todo por incidir normalmente en materias de alta sensibilidad política, es difícilmente compatible con el financiamiento gubernamental, a menos que éste se otorgue en conformidad a criterios muy bien establecidos de respeto a la libertad académica, lo que no suele ocurrir con gran frecuencia. Existe un riesgo evidente de que la política o el punto de vista gubernamental procure manipular en su favor los resultados de una actividad académica que ha patrocinado. Es más todavía, con frecuencia han sido los propios gobiernos los que se han interesado en crear instituciones pseudoacadémicas con esta fmalidad. Si bien el fenómeno no es exclusivo de Amédca Latina, la experiencia indica que se trata de un continente proclive a su repetición, sobre todo bajo determinadas coyunturas políticas. En este sentido, el consejo de Toynbee 15
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