Los estudios internacionales en América Latina: realizaciones y desafíos

Los ESTUDIOS INTERNACIONALES EN AMERICA LATINA ternacional, no solamente por el colapso real del Fondo Moneta– rio Internacional, al que ya se hizo referencia. El Acuerdo Gene– ral de Tarifas y Comercio (cAn), mostró también su clara inope– rancia para estimular el comercio de los países en desarrollo y re– solver los problemas que de él se derivaban. El Banco Mundial -y otros organismos multilaterales de financiamiento oficial- mos– tró igualmente su incapacidad para generar los volúmenes de re– cursos que el desarrollo de esa región del planeta exigía, lo que para los países en desarrollo redundó en un crecienle endeuda– miento con predominio de aquel de origen privado. El resultado de tanto desorden fue la crisis y el enfrentamiento. La brecha entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado se am– plió. El resentimiento entre los países en desarrollo por el floreCi– miento de los países que habían alcanzado el desarrollo a costas del subdesarrollo de los primeros, aceleró su búsqueda por cauces de expresión. La crisis del petróleo y las modificaciones que ésta planteaba en términos de las estructuras de poder mundial, brin– daron la oportunidad. La lucha se expresó en torno a las exigen– cias del mundo en desarrollo de abandonar las tradicionales rela– ciones económicas internacionales basadas en la asimetría y la ex– plotación de la mayoría para beneficio de la minoría y sustituirlas por otras basadas en la equidad y la justicia. Tal era el objetivo del Nuevo Orden Económico Internacional, en cuya construcción los países en desarrollo estaban decididos a invertir sus mejores es– fuerzos. Los países del Tercer Mundo planteaban modificaciones profun– das en todos los planos de sus relaciones económicas con los países en desarrollo: en el comercial, el monetario, el financiero, el tec· nológico, el de los transportes, el del control de la inversión ex– tranjera directa, etc. Sin embargo, las propuestas contenidas en los documentos que, en 1974, sentaron las reglas del que sería el nuevo orden económi– co internacional -la Declaración y el Programa de Acción (VI Se– sión Especial de Naciones Unidas) y la Carta de Derechos y De– beres Económicos de los Estados (XXIX Asamblea General de Na– ciones Unidas) - han tenido un éxito tan escaso e incluso nulo, que han puesto de manifiesto los estrechos márgenes de maniobra de los países en desarrollo para modificar a fondo las tradiciona– les relaciones económicas internacionales. Por lo que toca al comercio de materias primas, un tema siem– pre presente en la agenda de negociaciones entre países en desa– rrollo -dependientes en alto grado de su exportación- y países desarrollados, la idea presentada en la IV UNCTAD (Nairobi, 1976) de crear un Programa Integrado de Materias Primas, apoyado por un Fondo Común, constituye quizás la propuesta más acabada. Tal esfuerzo de gestión global de recursos -distinto al tradicional 130

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