La estrategia y práctica de las negociaciones internacionales
Hernán Felipe ErrtÍzuriz / REGLAME~TACI()N'DEL FINANCIAMIE:-;TO EXTERNO CHILENO Sin embargo, en el caso chileno los créditos de los organismos públi– cos internacionales y gubernamentales, han mantenido durante los tres últimos años una parte más o menos similar en la estructura de la deuda externa tradicional representando más o menos un 10% de dicha deuda los créditos de organismos internacionales y más o menos un (,:.40% en el caso de los organismos gubernamentales. Nuestro país, consciente de la importancia de mantener una es– tructura eficiente para coordinar los financiamientos de los organis– mos gubernamentales e internacionales, ha adoptado una serie de me– didas legales y de organización interna para un mejor manejo de estos créditos. La primera de estas medidas consistió en la creación, por Decreto de Hacienda N° 743, de 18 de agosto de 1976, del Comité Asesor de Pro– gramas de Préstamos con organismos internacionales. Este Comité Asesor es un organismo consultivo del Ministro de Hacienda, que fun– ciona en el Banco Central con integración de representantes de los Ministerios de Hacienda, de Economía, del Banco Central, de la Ofi– cina de Planificación Nacional y de la Dirección de Presupuesto, de– dicado a seleccionar los proyectos más rentables, a preparar los pro– gramas de créditos y a participar en la negociación y ejecución de los proyectos derivados de estos programas. Es sabido que las negociaciones con estos organismos tienen for– mas muy particulares que aconsejan centralizar en una sola autoridad la selección y negociación de los proyectos a financiar, puesto que, originalmente no se negocia separadamente cada proyecto, sino que se prepara un programa o paquete de proyectos para un período de un año o más Siendo así, y considerando el indispensable conocimiento y expe– riencia en las condiciones generales que cada organismo internacio– nal ha optado para todos sus préstamos, indistintamente del país deu– dor, se estimó necesario crear un organismo asesor que lograra la selec– ción de los proyectos más rentables impidiendo, en el caso del sector público, que los distintos interesados negociarán aisladamente cada uno de sus proyectos. Además, se facultó a esta entidad asesora para que difundiera, en el sector privado, los financiamientos que podrían traspasarse a ese sector. Había sido tradicional en Chile que la autoridad encargada de la negociación de estos créditos se encontrara con hechos consumados o que apareciera el Gobierno con una completa discoordinación ante los organismos internacionales y, como tonsecuencia de todo ello re– sultaba obligado a negociar muchas veces proyectos no rentables, ge– neralmente muy importantes, que afectaban incluso a la política mo– netaria por la contrapartida de moneda nacional que muchos de ellos exigían y postergaban otros, que tenían un mayor margen de renta– bilidad y menos incidencia monetaria. Ligado a este mismo punto, el Gobierno impulsó a través de la Oficina de Planificación Nacional, el '9
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