La estrategia y práctica de las negociaciones internacionales

LA BANCA PRIVADA EXTRANJERA Y REGLAMENTACION DEL FINANCIAMIENTO EXTERNO CHILENO Hernán Felipe Errázuriz La banca privada extranjera es sin duda un sujeto determinante en las neg<x:iaciones internacionales chilenas y de los países en desarrollo La tradicional participación de los bancos extranjeros en las eco– nomías de los países en desarrollo adquiere una trascendencia defi– nitiva ante su imposibilidad de resolver, mediante el ahorro interno o con la ayuda de organismos internacionales publicos, las graves con– secuencias de la crisis del petróleo y recesión mundial que se inicia el año 1974. En efecto, a partir del aumento del precio del petróleo, se transfor– ma radicalmente J?e"structura general de las relaciones mundiales de balanzas de pag6s. Por una parte, los países miembros de la OPEP ya en una situaó.)n excedentaria de USS 6.000 millones en el año 1973, ven aument,!.iÍo este superávit a una cifra de US$ 67.000 millones en 1974, para ,mantenerse en un promedio de USS 37.000 millones en los años 75 al n. Parte importante de estos saldos superavitarios se invierte en los mercados f1nancieros internacionales, permitiendo resolver en par– te, los déficit de los países consumidores. Ahora bien, la contrapar– tida de estos excedentes de los países productores de petróleo es, obviamente, un importante déficit que se distribuyó ampliamente en 1974, entre los países consumidores sin distinción de su grado de desa– rrollo. E.ste déficit termina por resolverse para los países industriali– zados a partir del año 1975, afectando en forma permanente a los paí– ses menos desarrollados. Para estos últimos, el déficit en sus balanzas de pagos en cuenta corriente salta de un promedio de USS 8.500 millo– nes para el período 67-73 a USS 30.000 millones en 1974, US$ 38.000 millones en 1975 y que luego cae a USS 26.000 millones en 1976 y se pro– yectó en USS 22.000 millones para 1977. En el caso chileno los efectos de los aumentos del precio del petró– leo son concluyentes y, aun más, se ven agravados por la baja de más o menos un 100/0, anual, que experimentó la producción nacional, que desciende de 11 millones 433 mil barriles en 1973 a 7 millones 119 mil barriles en 1977. Esta producción se estabiliza en 1978, con un ligero aumento que se supone se irá incrementando en los próximos años. De este modo, el valor de las importaciones del petróleo que había sido de 71 millones en 1973 se eleva en 1974, a 343 millones de dólares, proyectándose para 1977 en USS 400 millones. De igual manera los déficit en cuenta corriente pasan a ser signifi- '7

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