Relaciones Chile-Brasil en la década de los noventa

CARLOS DMINAMI PASCUAL negociación para suscribir, en el menor plazo posible, un acuerdo amplio de complementación económica inserto en la estructura jurí– dica de MADI. Este acuerdo buscaría la creación de un mercado ampliado para facilitar el intercambio de productos, servicios y fac– tores productivos. Con este propósito, se creó una comisión técnica encargada de diseñar los estudios correspondientes y definir los cursos de acción que deberían adoptar ambos países. Este grupo ya ha iniciado sus trabajos yestamos abiertos a avanzar en negociaciones conducentes a la suscripción de un acuerdo de complementación económica de mutuo beneficio para las dos naciones. Tenemos conciencia de que nuestros avances han sido lentos. Aprovechamos esta oportunidad para expresar nuestro interés y nuestra disposición a avanzar con mayor rapidez. E~ta voluntad adquiere mayor relevancia si se analiza a la luz del comercio bilateral de los últimos años. El mismo muestra que las adquisiciones chilenas a Brasil alcanzaron a 564,2 millones de dólares en 1990, esto es un 8% del total de importaciones del país, constitu– yéndose de este modo en el tercer proveedor de Chile a nivel mundial. La variedad de artículos es amplia, destacándose una acen– tuada presencia de productos de alto grado de elaboración, tales como: automóviles, vehículos pesados, tractores y bienes de capital en general. En lo que respecta a las exportaciones de Chile a Brasil, éstas alcanzaron a 487,4 millones de dólares en 1990, lo que representa aproximadamente un 6% del total de productos enviados al exterior, constituyéndose Brasil en nuestro cuarto mercado mundial de desti– no. La estructura de las mismas es bastante similar a las exportaciones mundiales de Chile, con un claro predominio del cobre, molibdeno, salitre, minerales de oro, celulosa, papel y frutos. Lo anterior demuestra que, si bien el intercambio entre ambos países es de una magnitud importante, no deja de preocupar el hecho que Chile ha mantenido en forma sistemática en los últimos años un importante saldo negativo en la balanza comercial con Brasil, a pesar de la diferencia en la capacidad importadora de ambos países. Este hecho denota una cierta distorsión en los flujos de comer– cio, derivada probablemente del diferente grado de apertura de ambas economías. Afortunadamente, el actual gobierno de Brasil ha iniciado esfuerzos importantes en materia de liberalización del co– mercio, terminando con las prohibiciones de importaciones, sin res- /35/

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